mayo 18, 2008

1. La necesidad de lo humano para orar

¿Qué ganamos con navegar hasta la luna si no somos capaces de cruzar el abismo que nos separa de nosotros mismos? (Thomas Merton). «¿No sería

2. Oyentes de la Palabra

«En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios» (Jn 1,1). «Envió a su Hijo, la Palabra

3. El proyecto de Dios en nuestra vida

«Generaciones de hombres han rasgado la palabra Dios con sus partidismos religiosos; han matado o muerto por ella; lleva las huellas digitales y la sangre

4. Heridos por el pecado

«Es un gran defecto entre los hombres querer arreglarlo todo sin arreglarse a sí mismos» (Bossuet). «Quizá el mayor pecado del mundo de hoy consista

5. Sorprendidos por el amor

«El misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado… El Hijo de Dios con su encarnación se ha unido, en cierto

6. Seguidores de Jesús

El Espíritu invita a «seguir las pisadas de Jesús» (Juan de la Cruz). Jesús llama los discípulos «para que estén con él, y para enviarlos

7. Vocacionados a la unión con Dios

«Si el alma busca a Dios, mucho más la busca su Amado a ella». Dios tiene vocación de la persona, y por ello, ésta tiene

8. Renacidos en el Espíritu

El orante no ora ni actúa a solas. En todo momento se sabe acompañado por el Espíritu Santo. Él le ayuda a discernir y a

9. Caminos de fe

Podemos comenzar preguntándonos: ¿En qué ponemos el acento como orantes? ¿En el rigor, la ascesis, el afán de experiencias carismáticas, la búsqueda de lo maravilloso?

10. Por los caminos de la esperanza

El perfil más preocupante del hombre de hoy es el déficit de esperanza. Algunos ven el mundo como “un inmenso cementerio de esperanzas” y dudan