Domingo XXXII del Tiempo Ordinario
Lectura orante del Evangelio: Mateo 25,1-13 Desde que te vi, mi corazón quedó herido de muerte, y ya no me es posible amar otra cosa
Lectura orante del Evangelio: Mateo 25,1-13 Desde que te vi, mi corazón quedó herido de muerte, y ya no me es posible amar otra cosa