LA ALEGRÍA DEL AMOR
«Cuando hemos sido ofendidos, el perdón es posible y deseable, pero nadie dice que sea fácil… Hoy sabemos que para poder perdonar necesitamos pasar por la experiencia liberadora de comprendernos y perdonarnos a nosotros mismos. Hace falta orar con la propia historia, aceptarse a sí mismo, saber convivir con las propias limitaciones, e incluso perdonarse, para poder tener esa misma actitud con los demás. Pero esto supone la experiencia de ser perdonados por Dios, justificados gratuitamente y no por nuestros méritos…
Fuimos alcanzados por un amor previo a toda obra nuestra, que siempre da una nueva oportunidad, promueve y estimula. Si aceptamos que el amor de Dios es incondicional, que el cariño del Padre no se debe comprar ni pagar, entonces podremos amar más allá de todo, perdonar a los demás aun cuando hayan sido injustos con nosotros». (Amoris Laetitia, 105-108)
Espíritu de Amor, tú que eres gracia derramada para el perdón de mis pecados, ayúdame a entender que perdonar a los demás es posible, que el perdón es un don. No permitas que me resigne a vivir sin perdonar, con ese peso grande en mi corazón. Libérame para que pueda amar más allá de todo.