CUANDO OREN, DIGAN: PADRE
La importancia de la oración como «herramienta de trabajo» y como salvación de vida.
«Señor, enséñame a rezar». La palabra «Padre» es el secreto fundamental de la oración. «Es la llave que Él mismo nos da para que podamos entrar también nosotros en la relación de diálogo confidencial con el Padre».
Tres súplicas fundamentales de la oración del Padre Nuestro: «el pan«, a través del cual Jesús nos hace ver qué es lo necesario y no lo superfluo; «el perdón» con el que conocemos la misericordia infinita de Dios, y «no nos dejes caer en la tentación», concepto que hace ser conscientes de nuestras condición siempre expuesta al mal y a la tentación. «No se puede vivir sin pan, no se puede vivir sin perdón y no se puede vivir sin la ayuda de Dios para no caer en las tentaciones».
La oración no consiste en convencer a Dios e insistirle con cosas superfluas, sino que sirve para hacer más robusta nuestra fe y nuestra paciencia, es decir «luchar con Dios por las cosas realmente importantes y necesarias». Lo más importante de todo es el Espíritu Santo que sirve para «vivir bien y vivir con sabiduría y amor».
Papa Francisco