Está VIVO, ha resucitado y se ha aparecido…
Queridos Hermanos
Paz
Queridos hermanos y hermanas ¡Paz!
Escribo desde el silencio de este Sábado Santo, en compañía de María a la que me he arrimado para estar con ella, para no decir nada, para esperar la Vida, como quiera y cuando quiera amanecer, según los designios de Dios y no mi deseo.
En el corazón de María, de la Madre se oye siempre inconfundible una espera paciente, humilde, valiente que augura la vida insospechada. En ella aprendemos al Dios que quiere nacernos, quiere sanarnos, quiere resucitarnos, quiere rompernos y destruir la vieja vida, si le dejamos y SER en nosotros una humanidad recién estrenada, la suya en nosotros, la nuestra en él.
Son tiempos insuperables para nuestras fuerzas, es el tiempo de Jesús Resucitado, del Dios que abre caminos de comienzo en los fracasos y bloqueos de la historia.
El mensaje de la Pascua es el Magnificat de María pronunciado desde todos los infiernos de la vida, lo pronuncia no la mujer coronada de estrellas sino la mujer sumergida en el corazón de cada ser humano que grita necesitando resurrección.
Todo seguirá colocado en su sitio-sepulcro de muerte si no le dejamos que nos rompa el viejo mundo de nuestra fe a salvo. De hecho, no está aquí en nuestros sepulcros, está VIVO, ha resucitado y se ha aparecido a los que sin esperarlo estaban vacíos de sus planes y deseos para dejarle entrar.
Mientras nos preparamos para vivirnuestro primer capítulo provincial ordinario,pido a todosy a todas una oraciónpara que el Señor nos ilumine y desengañe, y seamos instrumento desu querer.
¡Muy feliz Pascua de Resurrección!
¡Que la luz de Resucitado arda en nuestras casas y comunidades y en cada uno de nosotros!
¡Verdaderamente ha resucitado!
P. Miguel Márquez
Provincial