Oración para iniciar la jornada
«Lámpara es tu Palabra para mis pasos, luz en mi sendero». «Tu ternura es inmensa, Señor, dame vida con tus mandamientos. Tu palabra se funda en la verdad, tus justos mandamientos son eternos» (Sal 118).
En la vida cotidiana andamos con mucha prisa y pocas veces tenemos la calma de sentir la presencia de Jesús que quiere estar siempre a nuestro lado. Lo ven los que son capaces de mirarlo, los que tienen abiertos los ojos del corazón. Él quiere ser para nosotros el camino hacia Dios. Dale la posibilidad de serlo.
Lee atentamente este texto:
«Sabéis el camino para ir adonde yo voy.» Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¡cómo podemos saber el camino!» Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre» (Jn 14, 4-7).
Para tu reflexión:
Dios no nos deja solos en nuestro camino; hay alguien que le conoce tan bien que se llama a sí mismo «El Camino»… Mira tu vida cotidiana con calma para que percibas una presencia. Sea la ternura de Jesús tu mayor dulzura, su luz tu verdad para el Camino, su amor tu consuelo y descanso en los momentos difíciles.
Símbolo
Siéntate en medio del puente de Hospital de Órbigo. Medita cómo conecta las dos orillas. Cristo es como un puente que conecta a los hombres con Dios. Pregúntate: ¿Qué imagen de Cristo tienes? ¿Qué aspecto de él te impacta más? ¿Quién es Cristo para ti?
Actitudes
Dedícate a contemplar en el Camino de hoy los rostros de Jesús, son todos los peregrinos que necesitan amor. Acércate, escúchales, ayúdales, ámales. Toma un compromiso para la vida: haz lo mismo en tu vida, en casa, en la calle, en tu pueblo.
Oración
Jesús, han pasado casi 2000 años desde que recorriste nuestros caminos de la tierra.
De vez en cuando me resulta difícil creer que estás siempre a mi lado.
Por favor, ayúdame a descubrirte en esta peregrinación.
Llevo conmigo desaliento, preguntas, pero Tú caminas conmigo.
Te interesas por mí, entras en mi oscuridad.
Poco a poco tu gracia y tu verdad vencen mi flaqueza; poco a poco
tu presencia alegra mi corazón.
Quédate conmigo, que me han entrado ganas de caminar a tu lado.
Peregrino amigo:
¡Eres mi Camino, mi Verdad, mi Vida!