«Yo os digo: Pedid y se osdará ; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe;el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá» (Lc 11, 9-10).
«Mediante la oración de petición mostramos la conciencia de nuestra relación con Dios: por ser criaturas, no somos ni nuestro propio origen, ni dueños de nuestras adversidades, ni nuestro fin último; pero también, por ser pecadores, sabemos, como cristianos, que nos apartamos de nuestro Padre. La petición ya es un retorno hacia El» (CIC,2629).
Texto completo en la Ficha 7