Presentación Fichas

«La Iglesia siempre ha venerado la Sagrada Escritura, como lo ha hecho con el Cuerpo de Cristo, pues… nunca ha cesado de tomar y repartir a sus fieles el pan de vida que ofrece la mesa de la palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo… En los libros sagrados, el Padre, que está en el cielo, sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos. Y es tan grande el poder y la fuerza de la palabra de Dios, que constituye sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe para sus hijos, alimento del alma, manantial límpido y perenne de vida espiritual» (Dei Verbum, c. 6, n.º 21).

«La Iglesia confiesa ser continuamente llamada y generada por la Palabra de Dios. Por esta razón, para poderla proclamar con amor y vigor, se pone, primera y constantemente «en religiosa escucha» de ella, es asombrada e íntimamente tocada por ella, con fe humilde y confiada la acoge, imitando a María, que escucha y practica la Palabra (cf. Lc 1,38), y que por ello ha sido puesta por el Señor como modelo de la Iglesia…

La Escritura está, por lo tanto, en el corazón y en las manos de la Iglesia como la «Carta que Dios ha enviado a los hombres», libro de vida, objeto de profunda» veneración, análogamente al Cuerpo mismo de Cristo. En ella la Iglesia descubre cuál es el plan de Dios sobre sí misma, sobre el mundo de los hombres y de las cosas».

«Para mis pies antorcha es tu palabra, luz para mi sendero» (Sal 119,105). El Señor que ama la vida, con su Palabra quiere iluminar, guiar y sostener toda la vida de los creyentes en cada circunstancia, en el trabajo, en el tiempo libre, en el sufrimiento, en los empeños familiares y sociales y en cada evento alegre o triste, de tal modo que cada uno pueda discernir cada cosa y quedarse con lo bueno (cf. 1 Ts 5,21), reconociendo así la voluntad de Dios y poniéndola en práctica (cf. Mt 7,21)» (Sínodo 2008).

«La novedad de la revelación bíblica consiste en que Dios se da a conocer en el diálogo que desea tener con nosotros. La Constitución dogmática Dei Verbum había expresado esta realidad reconociendo que «Dios invisible, movido de amor, habla a los hombres como amigos, trata con ellos para invitarlos y recibirlos en su compañía»… Dios se nos da a conocer como misterio de amor infinito en el que el Padre expresa desde la eternidad su Palabra en el Espíritu Santo. Por eso, el Verbo, que desde el principio está junto a Dios y es Dios, nos revela al mismo Dios en el diálogo de amor de las Personas divinas y nos invita a participar en él. Así pues, creados a imagen y semejanza de Dios amor, sólo podemos comprendernos a nosotros mismos en la acogida del Verbo y en la docilidad a la obra del Espíritu Santo. El enigma de la condición humana se esclarece definitivamente a la luz de la revelación realizada por el Verbo divino». (Verbum Domini,La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia, Bededicto XVI, 30/IX/ 2010

Programa

  1. LA PALABRA DE DIOS EN LA VIDA DE LA IGLESIA
  2. ACTITUD BÍBLICA ORANTE
  3. CÓMO HACER NUESTRAS LAS ORACIONES BÍBLICAS
  4. MODULACIÓN DE LA ORACIÓN BÍBLICA EN EL AT
  5. ORAR ESCUCHANDO
  6. ORAR CLAMANDO
  7. ORAR PIDIENDO
  8. ORAR CONFESANDO
  9. ORAR INTERCEDIENDO
  10. EL HOMBRE QUE BENDICE
  11. ORAR ALABANDO
  12. ORAR AGRADECIENDO
  13. ORAR ADORANDO
  14. ORAR REZANDO
  15. ORAR CELEBRANDO
  16. EL CAMINO Y SUS HUELLAS
  17. ORAR MEDITANDO
  18. ORAR CONTEMPLANDO
  19. LA LECTIO DIVINA
  20. PRÁCTICA DE LA LECTIO DIVINA

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