«Revestíos de las armas que os ofrece Dios, para que podáis resistir a las asechanzas del diablo». «Hacedle frente con la firmeza de la fe» (1 Pe 5, 9). «Velad y orad, para que podáis hacer frente a la tentación»: el discípulo debe orar, para que el Padre, que ha hecho nacer la fe en su corazón, la consolidey le permita vencer las asechanzas del enemigo contra su fe en Cristo y su identidad evangélica. Este es el sentido fundamental de esta petición del Padre Nuestro.
b. «No nos hagas entrar en…»
«Que nadie, al verse incitado a pecar, diga: Es Dios quien me está incitando a pecar. Porque nadie puede incitar a Dios para que haga el mal, Y El no incita a nadie a pecar» (Sant 1, 13). Una tentación como el «peirasmós», cuya finalidad es matar la fe en la mente y en el corazón de los discípulos, no puede atribuirse a una causalidad divina. ¿Qué queremos decir cuando pedimos al Padre que «no nos haga entrar en una tentación
«Entrar en una tentación»
«Entrar en tentación» es análogo a «hacer entrar en tentación». La diferencia se refiere a los actores: en Getsemaní esas palabras se dirigen a los discípulos, en el Padre Nuestro se dirigen a Dios.
Jesús en Getsemaní no trata de evitar a los discípulos la tentación, sino que, cuando esa tentación les llegue, no sucumban. Los discípulos deben rezar, no para que Dios los preserve de la tentación, sino para que los auxilie en la tentación.
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