Bautismo del Señor

ESCUELA DE ORACIÓN – LECTIO DIVINA

MOTIVACIÓN

«Nada es más iluminador que volver a las palabras de Jesús y recoger su modo de transmitir la verdad» (GE 63).

«Volvamos a escuchar a Jesús, con todo el amor y el respeto que merece el Maestro. Permitámosle que nos golpee con sus palabras, que nos desafíe, que nos interpele a un cambio real de vida. De otro modo, la santidad será solo palabras» (GE 66). «Hemos recibido la hermosura de su Palabra y la abrazamos con la alegría del Espíritu Santo» (GE 122).

«Compartir la Palabra nos hace más hermanos y nos va convirtiendo en comunidad santa y misionera» (GE 142).

«La devoción a la Palabra de Dios no es solo una de muchas devociones, hermosa pero algo opcional. Pertenece al corazón y a la identidad misma de la vida cristiana. La Palabra tiene en sí el poder para transformar las vidas» (GE 156).

INVOCAMOS AL ESPÍRITU

Respira en mí, oh Espíritu Santo, para que mis pensamientos puedan ser todos santos.

Actúa en mí, oh Espíritu Santo, para que mi trabajo también pueda ser santo.

Atrae mi corazón, oh Espíritu Santo, para que solo ame lo que es santo.

Fortaléceme, oh Espíritu Santo, para que defienda todo lo que es santo.

Guárdame pues, oh Espíritu Santo, para que yo siempre pueda ser santo (S. Agustín).

1. A LA ESPERA DE LA PALABRA. CON LA LÁMPARA ENCENDIDA

Contexto. El texto responde a una pregunta: ¿Quién es Jesús? Lucas comienza a darnos los elementos para comprender la identidad de Jesús, el misterio luminoso de Jesús, en el que se ve el amor del Padre.

2. PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA: Lucas 3, 15-16. 21-22

En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego». Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco».

3. FECUNDIDAD DE LA PALABRA

El pueblo estaba expectante. Todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías.Lo que da sentido a la humanidad acontece en la palabra dirigida a uno que estaba en el desierto. Juan es la última voz profética. Ahora el centro de la historia es Jesús. La autenticidad del profeta tendrá un final dramático.

Juan les respondió dirigiéndose a todos. Yo os bautizo con agua. Declaración de Juan. Diferencia sustancial entre el bautismo de Juan y el de Jesús: uno es con agua, el otro con Espíritu Santo y fuego. El Jordán aparece ligado a Juan. Galilea y Judea están ligados a la predicación de Jesús.

Pero viene el que es más fuerte que yo. Jesús es un misionero de Jesús, invita a que todos se abran a él. Viene recuerda lo que se cantaba en la fiesta de las tiendas: «Bendito el que viene en nombre del Señor» (Sal 118). Es más fuerte que Juan y más fuerte que el maligno; fuerte se atribuye al creador. Jesús es más fuerte porque da el Espíritu.

A quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Gesto humilde, verdadero, que hacía el esclavo. «No mirar desde arriba, dando lecciones permanentemente. Esa es una sutil forma de violencia» (GE 117). Esto no es caminar con la cabeza baja.

Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.Espíritu, como principio que crea la vida nueva para ser centinelas de la mañana. Bautismo significa inmersión, quedar empapado de Espíritu.

Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado. Jesús se despide de los suyos y se coloca abajo, a nuestra altura, en la fila. Se solidariza: sentido de pertenencia. Lo hace en el Jordán (paso a la tierra prometida, agua que cura la lepra: Sirio Naamán). Signos: Pesebre, estrella, río: manifestación. Voces: ángeles, Padre.

Mientras oraba, se abrieron los cielos. La oración era el hábital de Jesús. Vive un abandono confiado, en disponibilidad a la voluntad del Padre. Ora cuando toma decisiones importantes. Solo en la apertura al Padre entendemos a Jesús. Se abren los cielos como respuesta a su oración: epifanía.

Bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma. La paloma es símbolo del Espíritu Santo. Recuerda la otra paloma que indicó a Noé el fin del diluvio. Jesús es la tierra firme de la nueva humanidad, de la comunidad nueva. Jesús se dejará guiar por el Espíritu «de sabiduría y de inteligencia, de consejo y fortaleza, de conocimiento y de temor del Señor» (Is 11,2). Comenzará la actividad profética y solidaria con el pueblo.

Y vino una voz del cielo. Declaración del Padre: teofanía. Dios presenta a su Hijo. La bajada del Espíritu y la proclamación de la palabra son las dos características del bautismo de Jesús.

«Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco».Presencia del Padre en Jesús: «Quien me ve a mí, ve a mi Padre». Dios se revela como fuente de amor. Es lo más grato que Jesús puede escuchar. Se estremece ante estas palabras.

Tarjeta de identidad y de misión. «En aquel rostro nosotros llegamos a entrever también nuestros trazos, los de hijo adoptivo que nuestro bautismo revela» (San Agustín). Jesús permanece callado, deja espacio a la Palabra, se deja hacer. En su silencio consiente con el Padre. El silencio ayuda a no domesticar el misterio.

4. RESPUESTA A LA PALABRA

¿Qué efecto produce en ti oír la palabra de Dios? ¿Qué lugar ocupa el Espíritu Santo hoy en tu vida? ¿Asumes conscientemente que Jesús es el Hijo amado, el único? En los momentos de dificultad, de desánimo… ¿te ayuda y fortalece sentir el amor y la misericordia de Dios

5. ORAR LA PALABRA

Señor Jesús, en tu Bautismo hemos sido bautizados todos.

Te reconocemos como el Hijo enviado por el Padre para liberarnos del mal y de nuestro egoísmo.

Tú eres nuestro Salvador. ¡Bendito seas, Señor! Amén.

Signo: recitamos juntos el Credo y nos santiguamos con el agua bendita.

6. CONTAR AL MUNDO LA NUEVA MANERA DE VIVIR

Testigos.

La opción por los pobres, el compromiso por la justicia, la entrega solidaria a los que sufren, la defensa y la protección de los últimos, la celebración viva, gozosa y frecuente de la fe en Jesucristo, la progresiva revitalización de la relación con Dios Padre mediante la oración y la escucha de la Palabra de Dios, y la creciente apertura en el Espíritu hacia toda la bondad, la belleza y la verdad que se revela en la diversidad humana, son grandes valores de la fe que deberían ir vinculados al nacimiento de una vida nueva, que supone el bautismo para todo creyente.

Pedro Tomás Navajas

BAUTISMO DEL SEÑOR: Lucas 3, 15-16. 21-22

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