II Domingo de Cuaresma

ESCUELA DE ORACIÓN – LECTIO DIVINA

MOTIVACIÓN

Existe mucha gente para quien la realidad está muda, gélida y muerta, y el cristiano está llamado a hacer posible que esas realidades puedan revelar y transfigurar la huella del Dios que las habita» (Dolores Aleixandre, rscj).

INVOCAMOS AL ESPÍRITU

Espíritu de la Verdad, revélanos el sentido de las Escrituras. Concédenos el don de conocer la identidad de Jesús para amarlo y seguirlo cada día más.

1. A LA ESPERA DE LA PALABRA. CON LA LÁMPARA ENCENDIDA

Contexto. Una noticia, que Jesús va a ser rechazado y crucificado (Lc 9,22), escandaliza a los discípulos (a Pedro). La experiencia de oración, más allá de estar dormidos, como advertencia amorosa, es vital para superar el escándalo y seguir a Jesús. Parecido con la escena de Getsemaní. En la oración ven la luminosidad de Jesús. La oración es momento de discernimiento. Lucas quiere transmitir un mensaje de fe a su comunidad. Tenemos que descubrirlo. ¿Por qué camino quiere conducirnos? El llamado ‘relato de la transfiguración’ parece estar construido a partir de la narración del Libro del Éxodo (34,29-30), según la cual Moisés ‘tenía el rostro radiante’ por ‘haber hablado con el Señor’. Lucas no habla de transfiguración. Sus oyentes no lo habrían entendido. No quiere que piensen en algo fantástico, maravilloso.

2. PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA: Lucas 9,28b-36

En aquel tiempo, tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». No sabía lo que decía. Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube. Y una voz desde la nube decía: «Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo». Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

3. FECUNDIDAD DE LA PALABRA

En aquel tiempo. «Unos ocho días» (primer día de la nueva creación) después de las palabras duras y desconcertantes de Jesús, ininteligibles para los discípulos. Entienden a un Mesías glorioso, no a un Mesías que va a la cruz. El anuncio de Jesús no puede ser tolerado. O Jesús da marcha atrás o le espera la muerte. Para tomar la decisión de seguir, Jesús ora. El mundo de Dios y el nuestro se encuentran en la oración y en la escucha de su palabra.

Tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. El monte alto, como el desierto, son lugares privilegiados de encuentro con Dios. Jesús solía retirarse al monte a orar, para ser fiel a su vocación y seguir su misión. La oración ayuda a superar la crisis de fe, que el sufrimiento y la cruz producen hoy. En la oración descubrimos la identidad de Jesús y la nuestra.

Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor. Toda la Biblia es una manifestación de Dios. El centro de la escena es Jesús con el rostro iluminado. Hay momentos que nos llevan a decir: ¡Dios me ha abandonado! Y de improviso la persona descubre que él jamás se ha alejado, sino que la persona tenía los ojos vendados y no se daba cuenta de su presencia. Entonces todo cambia y se transfigura.

De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías. Dialogan acerca de su muerte.Los dos simbolizan el Antiguo Testamento. Hablan del éxodo doloroso de Jesús. Cruz y resurrección van tan de la mano, que es imposible separarlas. En el sufrimiento está ya Dios presente, exactamente igual que en lo que llamamos glorificación. Nos toca descubrir que todo nos ha sido dado, que es gracia; necesitamos ver nuestro verdadero ser. Lo divino que ya está dentro de nosotros, no es lo contrario de las carencias que experimentamos, inherentes a nuestra condición.

Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.Cuando se habla de cruz, los discípulos duermen. Y cuando reacción, con el recuerdo de la fiesta de las tiendas, no saben lo que dicen. Les gusta más la gloria que la cruz, quieren un paraíso narcisista. Jesús no ocupa todavía un lugar central y absoluto en su corazón. Tendrán que aprender, hasta decir: ‘Por toda la hermosura, nunca yo me perderé, sino por un no sé qué, que se alcanza por ventura’.

Y una voz desde la nube decía: «Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo». Moisés y Elías han cumplido su misión. Ahora la atención se centra en Jesús, a quien hay que escuchar para volver al Evangelio. Damos el salto al Dios de Jesús. En el vemos lo que somos. Su Palabra es la única decisiva. Las demás palaras nos han de llevar hasta él. Los Evangelios son «relatos de conversión» que invitan al cambio, al seguimiento a Jesús y a la identificación con su proyecto No tiene la Iglesia un potencial más vigoroso de renovación que el que se encierra en estos cuatro pequeños libros.

Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo.Toca bajar del monte a la dureza de lo cotidiano. Los discípulos querrían quedarse arriba. En el corazón quedan los momentos de gracia, en los que el amor se convirtió en certidumbre, la fraternidad se hizo palpable y toda la realidad nos habló un lenguaje nuevo de esperanza y de sentido. Debajo de la piel, muy dentro, en lo profundo, late Dios

4. RESPUESTA A LA PALABRA. MEDITACIÓN.

En la vida hay tiempos o momentos privilegiados, llenos de sentido, embriagados de amor, de felicidad. ¿Has tenido alguna transfiguración en tu vida? ¿Te ha ayudado a asumir tu misión? «Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo». ¿Puedo decir que el proyecto fundamental de mi vida está en escuchar a Jesús en el Evangelio? ¿Qué mensaje nos trae el símbolo de la transfiguración a este tiempo de mirada tan corta? ¿Qué aspectos de nuestra personalidad, queremos que sean transformados en este tiempo? ¿Cuál es el mensaje para nuestra vida hoy y cómo hacerlo realidad?

5. ORAR LA PALABRA

Cuando estamos fuera de Jesús… entremos más adentro en la espesura. «Entrad, entrad en lo interior», dice Santa Teresa.

Cerca de ti, Señor (André Rieu).

6. CONTAR AL MUNDO LA NUEVA MANERA DE VIVIR

Testigos.

Compromiso: Llevar una palabra dentro. Puede ser un versículo o una frase del texto. Tratar de tenerla en cuenta y buscar un momento cada día para recordarla y tener un tiempo de oración para volver a conversarla con el Señor.

Pedro Tomás Navajas

II DOMINGO DE CUARESMA: Lucas 9,28b-36

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