Lectio divina: Lucas 21,25-28.34-36. DOMINGO PRIMERO DE ADVIENTO

Invocación al Espíritu

Canto: Ven, Espíritu.
Ven y haz que nuestra espera sea ardiente.
Ven y sostennos hasta que vuelva aquel a quien anhelamos.
Ven y apasiona nuestras vidas mientras él llega.
Ven y anima nuestros corazones con una caridad auténtica.
Ven, Espíritu, ilumina nuestras mentes,
para que nos abramos a la Palabra de la vida. Amén.

Motivación

La esperanza es una virgen encinta de un mundo diverso. Solo las mujeres, las madres, conocen la espera, porque está inscrita físicamente en sus cuerpos. Se espera no por una carencia, sino por una plenitud, no por ausencia que colmar, sino por una sobreabundancia de vida que ya presiona. Se espera para engendrar: el viento del Espíritu llena la vida (ERMES RONCHI).

  1. A la espera de la Palabra. Con la lámpara encendida.

Contexto

Lucas es el evangelista de los signos y nos invita a leerlos con atención e interpretarlos. Apocalipsis es ver con claridad en la noche. Adapta las palabras de Jesús a la situación que vive la comunidad. Su evangelio es para gente buscadora, que se atreve a ver la realidad con mayor profundidad. Sorprendente: Al comienzo del año litúrgico la iglesia nos presenta el final de los tiempos. El final es el comienzo de lo nuevo. Pretensión: animar la fe, darnos esperanza, atrevernos a pensar. Actualidad: Este evangelio es para nosotros, que vivimos el ahora. Sentir que está hablando para mí. Tarea: Hacer humano el texto, personalizarlo.

2. Proclamación de la palabra: Lucas 21,25-28.34-36

3. Fecundidad de la Palabra

Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas. Me he quedado sin futuro… No queda nada donde agarrarme (Testimonio de Óscar-La Palma). En lenguaje apocalíptico, se da una lección en negativo. El mundo está lleno de signos. El arte está en verlos como dolores de parto, como paso a algo nuevo que no controlamos, como no sabe la semilla el árbol que saldrá de ella. Así lo lee san Juan de la Cruz: Oh noche que guiaste Amado con amada, amada en el Amado trasformada. La lógica del escondimiento no es la de la ausencia de Dios sino la de su definitiva y segura intervención. Jesús está haciendo brotar la vida en medio de los acontecimientos negativos de la historia. La obra de la salvación consiste en sacar bien de dentro del mal, en purificar nuestra esperanza y nuestras esperas.

Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Ante el gran signo que viene a nosotros, es hora de mirar con los ojos deseados que llevo en mis entrañas dibujados. Es hora de optar por Jesús, de atarnos a él por la fe esperanza, esperanza de cielo tanto alcanza cuanto espera. En vez de encerrarnos, nos abrimos al gozo: Gocémonos, Amado… No nos damos por vencidos ni nos cruzamos de brazos, miramos al que viene por amor, al rostro de la ternura del Padre. La noche sosegada en par de los levantes de la aurora. Es un momento de alegría, de esperanza cumplida.

Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación. La fe que más agrada a Dios es la esperanza, porque sabe interpretar los signos con confianza y disponibilidad. Con una dinámica de movimiento: postura erguida, cabeza alta… se está despertando lo que somos de verdad, lo que Dios ha soñado para nosotros. Es una conspiración de la vida, de la liberación definitiva.

Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Palabra de atención. Podemos tener una actitud superficial ante lo que sucede, que nos impide ir a lo profundo de nosotros. Una cosa es confiar y otra vivir descuidados. Para engendrar vida y no vivir distraídos de lo esencial necesitamos cuidar lo esencial. Se recuerdan tres cosas que pueden caer sobre nosotros como un lazo sobre un pajarillo: las juergas que paralizan la alegría, las borracheras que destruyen la propia belleza, las inquietudes o agobios de la vida (el stress). Se trata de ir Dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado, para humanizar en libertad creativa estando ya mi casa sosegada

Estad, pues, despiertos en todo tiempo. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo vivir el momento presente con atención amorosa? Abriendo los ojos con advertencia de amor. Buscando el silencio, como revelación de lo que somos. Llevando un estilo de vida atento, sobrio, solidario, que tras un amoroso lance da alcance al Reino. Lo más importante no está en el futuro que nadie conoce sino en el presente. Por eso, Lucas insiste en vivir en profundidad el aquí y ahora recuperando el sentido de vigilancia (Vírgenes sensatas).   

Pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder. La oración es un tema que le gusta a Lucas. La oración como trato de amistad, como actitud de confianza, como bendición que se recibe y se da en gratuidad, como energía para cumplir el querer de Dios. Frente al salir corriendo ante el problema está la actitud de quien lo encara orando, frente a quien se hunde está quien se crece.

Y manteneros en pie ante el Hijo del hombre. Como María y José, que estaban de pie en medio de la noche oscura. Estar de pie como los testigos, que vencen sus pequeños combates por la autenticidad de vida. Lucas resalta la importancia de seguir a Jesús en medio de las pruebas. Antes de que llegue el final de los tiempos, los cristianos, impulsados por el Espíritu, debemos dar testimonio de Jesús en medio de este mundo, haciendo un mundo más humano con el rostro de aquél que nos redimió con su sangre.

4. Respuesta a la Palabra.

¿Qué elementos encuentro en el evangelio de hoy para diseñar una espiritualidad del adviento? ¿Cuál va a ser mi programa espiritual para las próximas cuatro semanas que vienen? ¿Qué decisiones debo tomar con relación a mi estilo de vida para que este programa sea posible? Después de orar este evangelio, ¿qué nuevas convicciones surgen en ti?

5.- Orar la Palabra

Rezaré, pediré, porque el mundo no cambie mi vida;
buscaré, seguiré, la verdad en mi corazón.

Que la fe en mi Dios no se cambie con los contratiempos.
Pensaré que el Señor a quien quiere le hará padecer.
Que los baches que tiene el sendero no desvíen mi caminar.
Que al final de mi vida presente mis manos colmadas de afán. (Canción de Brotes de Olivo).

Canción: Poneos de pie, de Ain Karen

6.- Contar al mundo la nueva manera de vivir. Testigos.

Nuestro amor y servicio han sido más intensos que el fuego del volcán, porque después de Dios, lo más importante son las personas (Testimonio de personas afectadas por el volcán).

Pedro Tomás Navajas, ocd

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