ESCUELA DE ORACIÓN – LECTIO DIVINA
MOTIVACIÓN
«Es importante ser discípulos de la Palabra, antes de ser militantes activos» (Alberto Bobbio).
INVOCAMOS AL ESPÍRITU
Ven, Espíritu de Dios. Que tu música resuene inundando de paz, que el misterio de tu amor fortalezca mi fe, que tu luz brille irradiando en la oscuridad. (Canción: Ven, Espíritu de Dios. Ain Karem, Álbum: Descálzate ).
1. A LA ESPERA DE LA PALABRA. CON LA LÁMPARA ENCENDIDA
Contexto. A Jesús no le ha paralizado el fracaso en la sinagoga de su pueblo ni la violencia desatada ante sus palabras. Se abre camino, libre. Su fama se extiende, cura a enfermos, predica en las sinagogas. Después de todo esto acontece la llamada de Pedro. El texto, que gira en torno a una pesca en el lago de Galilea, tiene tres partes: enseñanza desde la orilla del lago, pesca milagrosa, la vocación de Pedro. Jesús toma la Iniciativa en las tres escenas, poniendo de relieve en cada caso el valor de la palabra.Lucas pretende infundirnos coraje para el servicio misionero. A pesar de todas las dificultades, externas e internas, es posible, con la fuerza de la palabra y la presencia de Jesús, anunciar el Evangelio. Toda misión se apoya en la fuerza de la palabra. Leemos cuidadosamente el texto.
2. PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA: Lucas 5,1-11
En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, vio dos barcas que estaban en la orilla; los pescadores, que habían desembarcado, estaban lavando las redes. Subiendo a una de las barcas, que era la de Simón, le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón:
«Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca». Respondió Simón y dijo:
«Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes». Y, puestos a la obra, hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Entonces hicieron señas a los compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Vinieron y llenaron las dos barcas, hasta el punto de que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús diciendo:
«Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador».
Y es que el estupor se había apoderado de él y de los que estaban con él, por la redada de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Y Jesús dijo a Simón:
«No temas; desde ahora serás pescador de hombres». Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
3. FECUNDIDAD DE LA PALABRA
La gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. A orillas del lago, muchos quieren oír la palabra de Jesús.
Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Jesús irrumpe en la historia de Pedro. Le pide la barca. Habla sentado: con la autoridad de un maestro. No solo enseña en la sinagoga para un público seleccionado, sino en un barco, en la misma playa.
Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca. Jesús habla dos veces, cuando da una orden y cuando hace una promesa. Jesús siempre invita a arriesgar caminos inexplorados, a ir más allá.
Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes. También Simón le habla dos veces a Jesús: en la primera constata su fracaso, en la segunda manifiesta su deseo de abandonar. La noche, no el día, es el tiempo propicio para la pesca. Pero a esto se contrapone la palabra de Jesús, que invita a Pedro a pescar. Pedro tendrá que aprender a confiar, a apoyarse en la palabra de Jesús. La palabra de Jesús tiene más fuerza que la experiencia frustrante de la noche sin pescar. La fuerza de la palabra de Jesús lleva a ir más allá de las evidencias. La vocación solo puede ser asumida en la fuerza de la palabra de Jesús. Pedro actúa en la fe de Jesús, con la fe de Jesús.
Hicieron una redada tan grande de peces que las redes comenzaban a reventarse. Resultado sorprendente: Donde está Jesús abunda, sobreabunda, la vida. Necesitan la ayuda de los de la otra barca. Las comunidades no caminan solas, se ayudan.
Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador. En la orilla comienza el segundo diálogo entre Jesús y Pedro. Pedro no se atribuye el éxito, está asombrado, asustado. Se dirige a Jesús llamándolo Señor; ha experimentado su poder. Sabe que no está en el mismo plano que Jesús. Se reconoce hombre pecador. Ve la solución en el alejamiento de Jesús. Sabe quién es él, quién es Jesús. Siente miedo y a la vez atracción. Jesús no le hace caso.
No temas; desde ahora serás pescador de hombres.Segunda palabra de Jesús. Ante la promesa de Jesús, las debilidades cuentan poco. A la reacción negativa de Pedro responde la actitud confiada de Jesús. No hay que recordar a Jesús que somos pecadores, él ya lo sabe. No es propio de Jesús alejarse de los pecadores y dejarlos abandonados. Jesús le tiende la mano y lo llama para que se ponga a su servicio. Pedro tendrá que entender que no será discípulo desde sus fuerzas, sino desde la confianza en el Señor. Jesús lo llama después de una experiencia de fracaso en un trabajo en el que se supone que es experto y después de la constatación de su pecado. Pescador (pescados) significa rescatar a alguien de un peligro. Para las personas a la deriva, ser pescados es ser salvados. Pedro antes de ser pescador ha sido pescado. «Para vosotros soy obispo, con vosotros soy cristiano» (San Agustín).
Y dejándolo todo, lo siguieron. Jesús trabaja en equipo. Llama a otros para que participen en su misión de dar a conocer la Buena Noticia del amor del Padre. Pedro tenía motivos para echarse a un lado, pero Jesús cuenta con él. La respuesta de Pedro es de una gran radicalidad. Él y sus compañeros comienzan una nueva vida. Sacan las barcas a tierra, ya no harán lo que hacían. Todo significa disponibilidad absoluta. En el seguimiento dejarán que Jesús sea el Señor. El servicio misionero siempre dependerá de estas experiencias fuertes, nunca será autónomo. Canto: Sé mi luz.
4. RESPUESTA A LA PALABRA. MEDITACIÓN
¿Cómo valoras en tu vida la palabra de Jesús? En tus fracasos-noches, ¿estás atento/a a las indicaciones de Jesús?
¿Cómo vives la confianza en Jesús?
¿Entiendes tu vocación cristiana como respuesta a la Palabra?
5. ORAR LA PALABRA
Pero por tu palabra, echaré las redes. Señor, que todo lo que hagamos lo hagamos en tu nombre.
6. CONTAR AL MUNDO LA NUEVA MANERA DE VIVIR
Testigos.
«Declaramos la guerra al hambre» (Manifiesto fundacional de la campaña de Manos Unidas del año 2019) Un homenaje a las mujeres. Por ellas alzamos la voz, por su dignidad, por sus derechos, por la dignidad de los derechos de todos. Creemos en la igualdad y dignidad de las personas. ¿Y tú?
Video de la campaña contra el hambre del año 2019.
Pedro Tomás Navajas