Ambientación
Cuando nos acercamos a María pensamos en ella como Virgen y Madre, como Esposa y Modelo… Hoy la hacemos presente desde una realidad que está en el inicio de todas las demás: «la oyente de la Palabra», la primera discípula que guardó en su corazón las palabras que salieron del Corazón de su Hijo. María no es para nosotros un modelo externo, es nuestra Madre, porque hizo vida en su corazón la palabra que brotó del costado abierto de Jesús: «Mujer, ahí tienes a tus hijos». Ir con ella de la mano es la mejor manera de escuchar, contemplar y vibrar con el Corazón de Cristo, es la mejor manera de glorificar a la Santísima Trinidad.
Texto Bíblico
«Cuando estaba diciendo esto, una mujer de entre la multitud dijo en voz alta: ‘Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron». Pero Jesús dijo: ‘Más bien, dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica` (Lc 11,27-28).
«Su madre guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón» (Lc 2,51).
Comentario sapiencial
Somos Iglesia peregrina, pueblo de Dios en marcha, compuesto de gentes tocadas por la dicha. María es la primera peregrina. María Es dichosa porque escucha, guarda lo escuchado en el corazón y hace vida la palabra. Participamos de la dicha de María cuando nos apuntamos a la novedad de Jesús. María guarda todo lo de Jesús en el corazón, porque ahí es donde se unifican todas nuestras experiencias. No lo entiende del todo, pero va almacenando en su recuerdo detalles, gestos, sentimientos, palabras de Jesús. Es su manera de entrar en el misterio. El Espíritu, a lo largo de los siglos, mantiene vivo el recuerdo de Jesús en el corazón de las comunidades. De esa riqueza nos alimentamos nosotros cada día.
«Bendita tú, María, hija de los pobres, que has llegado a ser madre del Señor de los reyes. En tu seno habitó aquel de cuya alabanza están llenos los cielos. Bendito tu pecho que lo alimentó, tu boca que lo arrulló y tus brazos que lo estrecharon. ¿Tú eres un carro para llevar un Dios de fuego!». (Efrén el sirio)
Laudes a María
Respondemos:»Dichosa eres, María, porque escuchas la Palabra de Dios y la cumples»
- Santa María,servidora humilde que te fías de Dios.
- Santa María, que acoges las cosas grandes que hace en ti el Todopoderoso.
- Santa María, que vives la alegría de tu vocación.
- Santa María, que peregrinas en la fe y en la esperanza, a pesar de que una espada atraviesa tu corazón.
- Santa María, que no comprendes, pero meditas todo en tu corazón.
- Santa María, que permaneces junto a la cruz en la muerte de tu Hijo.
- Santa María, que nos enseñas a orar y oras con nosotros.
- Santa María, que nos pides que hagamos todo lo que Jesús nos dice.
Oración
Señor, Dios, que por tu gran amor, nos has dado el mensaje de salvación, te rogamos que, a ejemplo de María, acojamos siempre tu Palabra y la llevemos a la práctica en nuestra vida.
Testimonio
«Cuando me vean muriendo, no me digan otras cosas que el nombre de María» (Juan Collell).
«Todos, todos llevamos dentro algo que, después de Dios, sólo María puede comprender y puede consolar… Ese algo es criatura, ese algo es necesidad humana, es cariño, a veces es dolor… Es ese algo que Dios puso en nuestras almas, y que las criaturas no pueden llenar, para que así busquemos a María» (Beato Rafael).