Cristo es mío y todo para mí

Vigilia de Oración con san Juan de la Cruz

I.- Acogida.

En el corazón del Adviento nos acercamos a Juan de la Cruz para escuchar una palabra de esperanza. Desde sus escritos nos invita a mirar a Jesucristo, a encontrarnos con Él, a recorrer el camino de la vida con la certeza de que él siempre sale al encuentro de los que le desean para colmarlos de gozo. Sólo hay que velar pacientemente.

II.- Después de un momento de silencio, tres preguntas:

¿Qué andas buscando en tu vida?

¿De qué tienes sed?

¿Qué andas pidiendo al Señor?

Un momento de silencio.

Si buscas a Dios, invócalo, llámalo. Juan de la Cruz lo llamaba con estas palabras: SEÑOR, DIOS, AMADO MIO.

Canto: AMADO MÍO, ¿ADÓNDE ESTÁS, AMADO MÍO?

¿Cómo llamas tú a Dios?

Exprésalo. (Pueden expresarse algunas invocaciones). Se recogen todas y se vuelve a cantar:

AMADO MÍO, ¿ADÓNDE ESTÁS, AMADO MÍO?

III.- PRESENTARNOS A DIOS

Cuando Juan de la Cruz abre su corazón a Dios, le presenta tres cosas. Lo mismo hacemos nosotros. Estas son: Nuestra verdad. Pobreza. Obras.

Gesto: Abrimos las manos

Oración: Muestra, Señor, tu bondad y misericordia con nosotros. Sé tú, Señor, el alfarero, que nos dé obras buenas. ¿Cómo se levantará a ti el ser humano si no le levantas tú, Señor, con la mano que le hiciste, que es la mano del Amado, de Cristo?

IV.- DIOS OBRA COMO DIOS.

Si la persona se presenta con su debilidad, Dios se presenta como Dios, y quiere actuar como Dios.

1. Texto bíblico:

“Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán ‘abandonada’ ni a tu tierra ‘devastada’; a ti te llamarán ‘mi favorita’, y a tu tierra, ‘desposada’; porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa la encontrará tu Dios contigo’ (Is 62, 3-5).

2. Exposición del Santísimo.

Silencio orante.

Texto: ‘Pon los ojos sólo en él y hallarás en él aún más de lo que pides y deseas’ (2S 22,5).

Canto: ME POSTRARE EN TU PRESENCIA. ME POSTRARE ANTE TI, SEÑOR.

Silencio

Texto:  ‘Aprende a estar con atención amorosa a Dios,
porque el amor fuerte hace que Dios se vuelva a mirarte’
(2S 12,8; C31,4).

Canto: SÓLO, SÓLO AMOR, SÓLO EL AMOR. DA VALOR A LAS COSAS EL AMOR…

Silencio

Texto: ‘No me quitarás, Dios mío,
lo que una vez me diste en tu único Hijo Jesucristo,
en que me diste todo lo que quiero’
(Dichos 27).

Canto: EL MIRAR DE DIOS ES AMAR, EL MIRAR DE DIOS ES AMAR.

Silencio

V.- RESPUESTA GOZOSA DE LA PERSONA

Juan de la Cruz explota de alegría ante Dios. Por haberse colocado en su pobreza, ahora, en Dios, lo posee todo. Nos unimos a él para expresar este gozo:

«MIOS SON LOS CIELOS Y MIA ES LA TIERRA; MIAS SON LAS GENTES, LOS JUSTOS SON MIOS Y MIOS LOS PECADORES; LOS ANGELES SON MIOS, Y LA MADRE DE DIOS Y TODAS LAS COSAS SON MIAS; Y EL MISMO DIOS ES MIO Y PARA MI, PORQUE CRISTO ES MIO Y TODO PARA MI. PUES, ¿QUE PIDES Y BUSCAS, ALMA MIA? TUYO ES TODO ESTO, Y TODO ES PARA TI. NO TE PONGAS EN MENOS NI REPARES EN MEAJAS QUE SE CAEN DE LA MESA DE TU PADRE. SAL FUERA Y GLORIATE EN TU GLORIA, ESCONDETE EN ELLA Y GOZA, Y ALCANZARAS LAS PETICIONES DE TU CORAZON» (Dichos de Luz y Amor, 27).

Se invita a que cada uno sea consciente del Magnificat que el Espíritu está haciendo resonar en su corazón y a expresarlo de forma orante. Se intercala, como respuesta, este canto de gozo:

YO TE ALABO Y TE BENDIGO TU ERES MI SEÑOR. YO TE ALABO Y TE BENDIGO, CANTO PARA TÍ.

Nos unimos al canto de María y así ser, con ella, Iglesia que engrandece al Señor.

PROCLAMA MI ALMA LA GRANDEZA DEL SEÑOR.

SE ALEGRA MI ESPIRITU EN DIOS Mi SALVADOR.

 

Porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:

su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia

-como lo había prometido a nuestros padres-

en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

 
Bendición del Santísimo.

Rezo del Padrenuestro.

Se termina la vigilia con un recuerdo agradecido a Juan de la Cruz y a todos los místicos que abren caminos de vida y esperanza en la densidad del mundo, y marcando un compromiso que brota del gozo de saber que Dios está con nosotros.

Canto: ADONDE NO HAY AMOR PON AMOR Y SACARÁS AMOR…

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