“ESTAD EN VELA, PORQUE NO SABÉIS QUÉ DÍA VENDRÁ VUESTRO SEÑOR” (Mateo 24,42)
AMBIENTACIÓN (En el lugar de la celebración se colocará un atril para la Palabra de Dios, la Corona de Adviento con las 4 velas).
1. PREPARAMOS EL CAMINO AL SEÑOR
(Cuatro personas, con una vela encendida, delante del grupo, leen uno de los textos siguientes y dejan la vela en la Corona de Adviento, que está preparada en una mesa con La Palabra de Dios).
Ponemos los ojos en María y en José
Lector 1: Un Adviento más en nuestra vida, un tiempo de gracia que Dios nos regala, una nueva oportunidad para disponernos y estar preparados para el encuentro definitivo con el Señor Jesús.
Santa María y San José están en el camino del Adviento acompañándonos hacia la Navidad, Dios-con-nosotros. Nos alientan en la espera de la venida de su Hijo en gloria, al final de los tiempos, y al final de la vida de cada uno de nosotros.
Ponemos los ojos en María, para contemplar su inefable amor de Madre en la espera de su Hijo. Nos acercamos al silencio de san José para aprender a recorrer los caminos de la ternura, la obediencia, la acogida.
Ellos preparan nuestros interior para permanecer vigilantes en la oración y jubilosos en la alabanza.
Pausa de silencio
Canto: VEN, SEÑOR JESÚS, MARANATHA (3), SÍ, ¡VEN PRONTO, MARANATHA! (Harpa Dei).
En la noche de la Humanidad, Jesús camina con nosotros
Lector 2: En medio de tantos desastres, catástrofes, guerras, violencia, incertidumbre, siempre hay una presencia que nos alienta y una mano que nos sostiene. No sabemos el final como será, pero sí tenemos la certeza de que Jesús camina con nosotros, Él ha vencido la muerte, el mal, el odio y nos invita a seguir caminando confiados.
El tiempo de Adviento nos da luz para mirar la realidad y afrontarla con fe y fortaleza.
Pausa de silencio
Canto: VEN, SEÑOR JESÚS, MARANATHA (3), SÍ, ¡VEN PRONTO, MARANATHA! (Harpa Dei).
Reavivemos la esperanza
Lector 3: No caminamos solos en la oscuridad que nos rodea, Jesús nos ha prometido que estará con nosotros hasta el final de los tiempos. La palabra que nos regala la Iglesia en este tiempo de Adviento nos conforta y serena ante la incertidumbre, ante tanta precariedad humana, económica, laboral, política.
Este tiempo de Adviento nos invita a reavivar la esperanza en las Promesas de Dios que nunca nos falla
Pausa de silencio
Canto: VEN, SEÑOR JESÚS, MARANATHA (3), SÍ, ¡VEN PRONTO, MARANATHA! (Harpa Dei).
Cercanía y ternura con los que peor lo pasan
Lector 4: “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (Gaudium et spes, 1).
El Adviento es tiempo de cercanía hacia las familias, los enfermos, los refugiados, los más pobres, los que sufren la soledad, los que lo han perdido todo.
Pausa de silencio
Canto: VEN, SEÑOR JESÚS, MARANATHA (3), SÍ, ¡VEN PRONTO, MARANATHA! (Harpa Dei).
Bien acompañados de Santa María y san José, comenzamos este nuevo Adviento 2022. Son buenos guías de caminos. Ellos atravesaron desiertos y superaron dificultades, padecieron noches, con la luz de la confianza en el Dios de las promesas; el Dios fiel, que nunca deja solos a sus hijos y los cuida con amor infinito y sin medida.
Canto: MARANA THA. VEN, SEÑOR JESÚS. (Brotes de Olivo).
Haz que abandone la alforja que hasta ahora he llevado.
Haz que rechace el vestido que traje hasta aquí.
Haz que me quede desnudo ante tu presencia.
Haz que abandone mi vieja razón de vivir. (2)
¡MARAN-ATHA! ¡VEN SEÑOR JESÚS! (4)
Dame valor en la lucha que tengo conmigo,
y haz que comprenda que sólo un rival tengo yo.
Ese rival es el diablo que llevo en mí adentro.
Cuando me venza a mí mismo seré ya de Dios. (2)
2. LA PALABRA DE DIOS ALUMBRA EL CAMINO
DEL EVANGELIO DE MATEO 24, 37-44
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.
En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
BREVE COMENTARIO ORANTE
Preparados para la salida, para el encuentro. Y no hay mejor preparación que la fidelidad a lo que tienes entre manos. Fidelidad a Dios, para tenerle siempre presente y buscar en todo momento su voluntad. Fidelidad a los hermanos, con los cuales comparto la vida. Qué nunca me quede sentado, cómodo y tranquilo, si alguien me necesita. Fidelidad a uno mismo, a los talentos que El Señor me ha regalado, para que cada día los negocie, aunque a veces pueda perderles. Es mejor perderles trabajando que enterrarlos y quedarse dormido.
Breve momento de silencio para meditar la Palabra de Dios. Música instrumental
3. ABRIMOS NUESTRA CASA AL SEÑOR
Con la persona que tenemos al lado compartimos cómo queremos vivir este tiempo de Adviento. Luego se invita a quienes deseen comunicarlo a todo el grupo.
PONÉOS EN PIE Y ALZAD LA CABEZA (Ain Karem)
PONEOS EN PIE Y ALZAD LA CABEZA
MIRAD QUE LLEGA EL HIJO DEL HOMBRE A LA TIERRA
Y VIENE A HABITAR VUESTRO HOGAR.
PONEOS EN PIE Y ENCENDED LA LÁMPARA,
NO OS HALLE DORMIDOS, QUE ARDA VUESTRA LLAMA.
Velad y estad atentas, leed los signos de los tiempos:
el Reino de Dios está cerca.
Velad y estad alerta, cuidad la luz en vuestras velas,
el Hijo del Hombre llama a la puerta.
Oración final (Todos)
Señor, nos anuncias tu venida
y nos pides que velemos y nos preparemos.
Pero sabemos que, si tú no nos ayudas,
si tú no lo haces en nosotros,
muy poco podemos hacer.
Silencia nuestro interior habitado por tanto ruido y ajetreo.
Prepáranos con tu Palabra, la que nos susurras cada día.
Enséñanos a orar, a confiar en ti.
Prepáranos con la sensibilidad y la acogida a los demás.
Prepáranos con la alegría y la esperanza
para descubrir lo bueno
que hay en todo los que nos rodea.
Con la ayuda de santa María y san José
queremos vivir un Adviento diferente.
¡MARAN-ATHA! ¡VEN SEÑOR JESÚS!
Canto final: MADRE DEL SILENCIO (Canto Católico).
1. Como una tarde tranquila, como un suave atardecer,
era tu vida sencilla en el pobre Nazaret.
Y en medio de aquel silencio Dios te hablaba al corazón.
VIRGEN MARÍA, MADRE DEL SEÑOR,
DANOS TU SILENCIO Y PAZ PARA ESCUCHAR SU VOZ. (2)
2. Enséñanos, Madre buena, cómo se debe escuchar
al Señor cuando nos habla, en una noche estrellada,
en la tierra que, dormida, hoy descansa en su bondad.
3. Y, sobre todo, María, cuando nos habla en los hombres,
en el hermano que sufre, en la sonrisa del niño,
en la mano del amigo, en la paz de una oración.
¡FELIZ CAMINO DE ADVIENTO CON SA!NTA MARÍA Y SAN JOSÉ! – CIPE