Lunes, 5 de diciembre
“Un día estaba Jesús enseñando… Y el poder del Señor lo impulsaba a curar. Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico…. Lo descolgaron con la camilla hasta el centro, delante de Jesús… Para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados – dijo al paralítico-: A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa” (Lucas 5, 17-26).
Nos admira la compasión de Jesús, su energía sanadora y su mirada penetrante que va más allá de las apariencias externas. Su amor libera de tantas ataduras físicas, psíquicas, morales que nos imponemos nosotros o nos encontramos en el contexto en el que vivimos. Mirar a Jesús nos llena de confianza y comunica libertad y vida para amar.
En tus labios se derrama la gracia. En medio de mis noches, Tú actúas silenciosamente en mi corazón.
Martes, 6 de diciembre
“Vuestro Padre del cielo no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños” (Mt 18,14)
Dios está siempre saliendo hacia los pequeños de la tierra. Los alcanza a base de gracia. “Si el alma busca a Dios, mucho más la busca su Amado a ella” (San Juan de la Cruz). Si quieres participar en la experiencia misionera de la Trinidad, ofrece a los más pequeños lo mejor de tu corazón.
Me buscas, Padre. ¿Qué haré yo para acoger tu abrazo? ¿Qué para responder a tus besos?
Miércoles, 7 de diciembre
“Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera” (Mateo 11,28-30)
¿Quién se atreve hoy a decir estas palabras de Jesús? ¿Quién tiene tanta gratuidad en su interior como para acoger el cansancio y el agobio y responder con la ternura que alivia? ¿Quién está dispuesto a unir a otros sus manos y su voz para formar una red solidaria que proclame desde las orillas de la tierra estas palabras de Jesús?
Voy a ti, Señor Jesús, con mis hermanos/as, que sufren el cansancio, la desesperación el sin sentido de la vida. Descansa nuestro afligido corazón.
Jueves, 8 de diciembre
LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA
“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo… No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. El Espíritu Santo vendrá sobre ti… el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios… Para Dios nada hay imposible…. Aquí está la esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra” (Lucas 1, 26-38).
Dios es con María: una fuente de alegría, de gracia, de vida. Su Presencia deshace temores. Su Promesa alumbra y fecunda su ser. El misterio del Amor se hace carne en una sencilla mujer de Nazaret. María acoge y se fía totalmente de la Palabra de un Dios cercano, humano, metido en nuestra historia.
Que mi vida sea con la tuya, María, casa abierta, para el Señor y música gratuita.
Viernes, 9 de diciembre
“Dijo Jesús a la gente: ¿A quién se parece esta generación?… Vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: Tiene un demonio. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores. Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios” (Mateo 11, 16-19).
¡Qué triste y duro reproche el de Jesús! ¡Cómo nos cuesta percibir el rostro de Dios humano, cercano, caminando a nuestro lado, vivo en tantos rostros desfigurados! La sabiduría de Dios desborda nuestro entendimiento. Sólo los pobres y humildes la ven.
Algún día vendrás, Espíritu del gozo, como viento fuerte, me pondrás en mi sitio y yo danzaré para ti con los pobres de la tierra.
Sábado, 10 de diciembre
“Cuando bajaban de la montaña, los discípulos preguntaron a Jesús: ¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías? Él les contestó: Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos. Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan, el Bautista” (Mateo 17, 10-13).
Qué dolor cuando un ser humano es pisoteado, orillado, violentado, ninguneado? ¡Qué oscuridad, del hombre y de Dios! Aporta tu granito de arena en alguna de las mil tareas que el Espíritu hace surgir cada día a favor de la dignidad del ser humano.
¡Qué abajo te colocas para levantar a los abajados! ¡Qué grande es tu amor, Señor! ¡Qué novedad y verdad aportas a la vida!
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