“QUIERO VER A DIOS”
El título de este pregón nos lo regala el nuevo beato María Eugenio del Niño Jesús, carmelita descalzo, fundador del instituto Nuestra Señora de la Vida, beatificado en Avignon (Francia) el pasado 19 de noviembre.
Quiero ver a Dios indica impulso del corazón para ponerse en camino hacia Dios, horizonte de todo adviento del ser humano.
Canto: Quiero ver a Dios, tengo sed de Él. Yo quiero ver a mi Señor, es el anhelo de mi corazón. Oh mi Dios y Señor, mi Salvador. Torrente de vida, fuente de amor.
La reciente carta que ha dirigido el papa Francisco a la Iglesia lleva por título Misericordia et Misera. Comienza con este título tan significativo recordando el encuentro de Jesús con la mujer adúltera. El Adviento es un encuentro de la misericordia de Dios con nuestra debilidad.
Ahora es el tiempo de DAR VIDA A INICIATIVAS NUEVAS DEJAR PASO A LA FANTASÍA DE LA MISERICORDIA
Dejándonos llevar por esta música que nos regala el papa Francisco proponemos tres caminos misioneros para vivir este tiempo de adviento.
1. EL CAMINO DEL DESEO
A veces buscamos a Dios con tan pocas ganas que basta cualquier dificultad, por pequeña que sea, para abandonar el camino. El Espíritu, que es nuestro amigo, nos lleva al silencio donde crece el deseo de Dios.
Gesto: Puestos de pie, con manos levantadas, pedimos que venga el Espíritu.
Canto: Ven Espíritu…
«Quiero pedir para vosotros el Espíritu Santo. Que el Espíritu Santo descienda sobre vosotros y podáis todos decir lo más pronto posible que el Espíritu Santo es vuestro amigo, vuestra luz, que Él es vuestro maestro. Es lo que os deseo a todos, es lo que pido y seguiré pidiendo La gran riqueza es estar poseídos por el Espíritu Santo, ser transformados por el Espíritu» (Bto. María Eugenio del Niño Jesús ocd).
Como busca la cierva las corrientes de agua, así queremos buscar a Dios. La búsqueda es misionera, porque anuncia la presencia de Dios.
Los pequeños deseos, el anhelo, la sed… nos unen a la humanidad herida que siente deseos de paz, nos ponen en camino hacia el manantial de Dios.
Oramos con el salmo 41, que ha acompañado, y sigue acompañando, la búsqueda de Dios de la humanidad.
Canto. MI ALMA ESTÁ SEDIENTA DE TI, SEÑOR, DIOS MÍO
Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;
tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío».De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.Diré a Dios: «Roca mía,
¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando, sombrío,
hostigado por mi enemigo?»Se me rompen los huesos
por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
«¿Dónde está tu Dios?»¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío».
Preguntas para la reflexión:
¿Buscas a Dios? ¿Cuentas con el Espíritu? ¿Haces silencio?
Momento de silencio.
Oramos juntos estas palabras del beato María Eugenio del Niño Jesús:
«Dios mío, quiero conocerte. Quiero abrirte mi corazón. Quiero creer en la locura de amor que habita en Ti. Dios mío, Tú quieres darte gratuitamente, necesitas darte gratuitamente. Te abro mi corazón».
Canto: Marana Tha… Ven, Señor, Jesús
2. EL CAMINO DEL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO
Os proponemos un segundo camino para el adviento: El diálogo interreligioso, la convivencia con personas de otras religiones. Para muchos de nosotros puede que sea un camino casi inexplorado. Inexplicablemente la forma de entender y vivir a Dios nos ha dividido, distanciado, enfrentado. Necesitamos asumir este camino tortuoso para transformarlo en diálogo y colaboración. Todos juntos queremos celebrar la verdad, la justicia, la liberación, el amor. Cuando nos encontramos de verdad con personas de otros caminos religiosos nos hacemos amigos. Este diálogo es una forma de hacer a Dios más grande y a la humanidad más sabia.
«De las espadas forjarán arados; de las lanzas podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Caminemos a la luz del Señor» (Is 2,4).
Gesto: Tres personas con velas, representando a tres grandes religiones: budista, hinduista, musulmana, avanzan en medio de la asamblea. Mientras van de camino escuchamos el sonido del cuenco tibetano
Oración dicha por todos.
«Toda alabanza se debe a ti, oh Dios, que sostienes y amas el universo, oh Compasivo, oh Misericordioso, oh Juez en el día del juicio. A ti sólo adoramos y servimos, a ti sólo pedimos ayuda. Muéstranos el camino recto, la senda de los que han recibido tu favor, la senda de los que han recibido tu gracia, que no tienen parte con la ira y que no se extraviaron» (Corán 1,1-7).
«Amigos, amémonos unos a otros, pues el amor procede de Dios. Todo el que ama nació de Dios y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Queridos amigos, pues Dios nos amó tanto, nosotros debemos amarnos el uno al otro. Nadie ha visto jamás a Dios, mas si nos amamos, Dios vive en nosotros y su amor llega a su plenitud en nosotros» (Primera carta de Juan 4,7.8.11.12).
Pregunta para la reflexión:
¿Acoges en tu corazón a los que son diferentes y practican otras religiones?
Peticiones: Con todos los pueblos, ¡oh Señor, te pedimos lapaz
- Amamos la vida como don sagrado de Dios y primer derecho del hombre, sea quien sea, esté donde esté. Que nadie mate, torture o atente contra su integridad. Queremos defender la vida de toda persona.
- Creemos que Dios es el amigo de la vida y contrario al partidismo económico o ideológico de los hombres para defensa de sus territorios de poder, prestigio o riqueza. Que «no se utilice el nombre de Dios en vano».
- Creemos en la capacidad de las personas y pueblos para resolver sus conflictos por caminos de paz. Queremos apoyar y favorecer comportamientos y cauces democráticos en libertad.
- Creemos en la fuerza pacificadora y liberadora de la verdad. Rechazamos la mentira como instrumento de estrategia y la manipulación interesada de la verdad. Apelamos a la fuerza social del perdón para construir el futuro. Que ni la venganza ni los odios nos encadenen y que el perdón colectivo sea también fuente de paz.
Si nos unimos, seremos una luz en la noche, una mano tendida buscando la fraternidad.
Con las manos unidas cantamos la paz: LA PAZ ESTÉ CON VOSOTROS. QUE CON VOSOTROS SIEMPRE, SIEMPRE ESTÉ LA PAZ.
3. EL CAMINO DEL CONSUELO, DE LA COMPASIÓN
Proponemos un tercer camino para el adviento: el de la compasión, el consuelo, la ternura.
Recordamos las palabras del papa Francisco: Ahora es el tiempo de DAR VIDA A INICIATIVAS NUEVAS DEJAR PASO A LA FANTASÍA DE LA MISERICORDIA
«Librará al pobre que pide auxilio, al afligido que no tiene protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres” (Salmo 72,12-13).
En las situaciones donde no hay amor y parece que el mal triunfa, el testimonio misionero de quienes ponen amor renuevan el adviento de la humanidad.
Escuchamos el testimonio de Georges, hermano marista en Alepo, ciudad rota por la guerra.
Apreciados amigos y amigas:
Antes de todo agradecer este interés por la situación por la que atravesamos en Alepo y especialmente la de los cristianos que viven aún en esta ciudad tan martirizada.
Vivir en Alepo no es una obligación; se escoge vivir en una ciudad tan mártir. Nuestro proyecto, el de los que aquí permanecemos, no es el martirio, sino estar lo más cerca posible de un pueblo que sufre. Vivir en Alepo, en cualquier tiempo y cualquier momento, es escoger arriesgar la vida para aportar un cierto alivio a los niños y mayores.
En mi ciudad la esperanza se pierde. Y en esta situación por la que atravesamos hay muchas preguntas que me hago y nos hacemos:
¿Por qué Dios no nos da la paz en el momento en que rezamos y cumplimos con nuestra vida de cristianos?
¿Por qué muere tanta gente?
¿Por qué se destruyen las casas?
¿Por qué tantas y tantas personas tienen que ser refugiados o desplazados dejando detrás de ellas todo el fruto de su labor?
¿Por qué las fuerzas del mal son más fuertes que el bien, que el amor? ¿Cómo puede uno reconciliarse con una persona que decide matar?
¿Con qué palabras podemos rezar cuando todo es miedo?
¿Podemos perdonar, olvidar, darle un sentido a la vida cuando el horizonte está cerrado?
‘No puedo más’… ‘esto no lo puedo soportar’… Son los sentimientos que bullen en nuestro interior.
Todas estas preguntas tienen respuesta cuando nuestro compromiso nos lleva a estar cerca de la gente, escuchar sus duelos, sentir su pobreza, acercarnos a ellos, tratarlos como personas y no como números, llamarlos por su nombre, escuchar, tener la paciencia de acompañar, saber decir ‘te entiendo’. En Alepo, vivimos en medio de un ambiente cuya fe proclama que todo es destino, que todo está escrito. Pero, desde nuestra Fe cristiana, que nos habla del amor de Dios, la respuesta a esas preguntas, nos lleva a permanecer aquí para ‘vivir con el otro’, cualquier otro, sin prejuicios.
Constantemente levantamos nuestras manos hacia el cielo y repetimos: ‘¡¿Hasta cuándo Señor?!’ Y nos mantenemos firmes en nuestro camino buscando la verdad, rechazando la injusticia y aprendiendo a decir gracias, pese a todo. Así, todo nuestro tortuoso camino, es un camino de oración…
Y cuando el largo día termina, entro en mi celda y, entonces, lloro y grito. Pero, a pesar de todo, también me digo, confiadamente, que un día la paz será una realidad…
En medio de las dificultades que nos toca vivir en Alepo, nos adentramos en la entrañable Navidad. Navidad para nosotros significa pensar en los niños, en su futuro.
La Navidad nos ayuda a descubrir lo que un niño puede ser… con su familia… Un niño que no es un número más en las listas de una organización internacional… Un niño refugiado… Un niño sin casa… Un niño huérfano… Un niño que perdió sus recuerdos… Un niño que se levanta por la noche angustiado por el miedo… Un niño que ha perdido sus manos o sus pies… Un niño de esta ciudad, de este país.
Un día, en esta tierra, cerca de donde vivimos, un Niño tuvo que huir desplazado con su familia, tuvo que refugiarse, tuvo que dejar su tierra y su casa, viviendo la vida de un refugiado… Cierto potentado quería matarle y mató a tantos niños… Un Niño que escribió la historia de Dios, la historia de su Amor… Por este Niño, vale la pena cuidar a tantos niños y dejarles descubrir cuánto les quieren Jesús y María.
Con todo mi afecto. Fr. Georges
Pregunta para la reflexión:
¿Escuchas, consuelas a quienes están a tu lado y te necesitan?
Propuesta solidaria: Operación kilo. Durante el adviento recogeremos alimentos para hacerlos llegar, en Navidad, a los pobres que son atendidos en Caritas y Atalaya. Se colocan en un lugar adecuado las primeras ofrendas para los pobres.
«Querer acercarse a Jesús implica hacerse prójimo de los hermanos, porque nada es más agradable al Padre que un signo concreto de misericordia» (Papa Francisco).
ENVÍO MISIONERO PARA SER ROSTROS DEL DIOS VIVO, DEL DIOS CON NOSOTROS
De experimentar el amor de Dios pasamos a ser anunciadores de este amor.
En un mundo que ha perdido el sentido de Dios, que quizás lo está perdiendo cada vez más, tenemos una urgente misión. Cuanto más olvida el mundo a Dios, más testimonio hay que dar de Dios. Los hombres están hambrientos de Dios sin saberlo, y lo buscan a tientas: «¡Preocupémonos por conducirlos a Dios!»… «Una persona llena de Dios no puede dejar de irradiarlo» (Bto. María Eugenio del Niño Jesús ocd).
«¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz y sirve a la verdad, proclamando la buena nueva!» (Is 52,7).
Pregunta para la reflexión:
Es tu hora. ¿Cómo quieres vivir tu Adviento?
En este viaje nos acompaña la Virgen María, una sencilla muchacha del pueblo, que lleva en su corazón toda la esperanza de Dios.
Canto: Quiero ver a Dios, tengo sed de Él…