¿Cómo acercarnos?
No resulta fácil confiar después de que nos hemos sentido defraudados. Todos necesitamos experiencias gratificantes, apoyos alentadores, que nos impulsen a seguir tendiendo puentes de relación y comunicación. Dios nos ofrece siempre su amor y nos tiende su mano para invitarnos a la alegría honda. Adviento es anuncio de salvación.
Leerlo
El Señor es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.
Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.
Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel.
¿Cómo orarlo?
- Haz silencio dentro de ti para escuchar al Señor, que te habla en el salmo.
- Repite con confianza: «El Señor es mi Dios y salvador: confiaré y no temeré»
- Recuerda algún acontecimiento de tu vida en el que hayas experimentado la salvación de Dios y dale gracias.
¿Cómo vivirlo?
- Expresa con algún gesto sencillo la alegría de saber que tu vida está en las manos de Dios: puede ser una sonrisa, un servicio, una palabra de apoyo a los que viven a tu lado.
- «La alegría de ser cristiano es verdaderamente capaz de colmar el corazón humano» (Pablo VI).
- «La alegría es señal de que la vida ha vencido» (Henri Bergson).