Lunes, 1 de mayo
SAN JOSÉ, obrero
«Yo soy la puerta: quien entra por mí, se salvará» (Jn 10, 11)
Las palabras y los gestos de Jesús desvelan un entrañable amor por el pueblo, son una denuncia contra los que abusan de los indefensos; su forma de acercarse tan abierta, sincera y gratuita, abre caminos de liberación. Una ecología integral implica dedicar algo de tiempo para recuperar la serena armonía con la creación, para reflexionar acerca de nuestro estilo de vida y nuestros ideales, para contemplar al Creador, que vive entre nosotros y en lo que nos rodea.
Todos pueden encontrar en san José —el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta— un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad” (Patris corde).
Martes, 2 de mayo
«Las obras que yo hago en nombre de mi Padre, esas dan testimonio de mí» (Jn 10, 25)
Pero ¿cómo podremos escucharlas en medio del ruido constante, de la distracción permanente y ansiosa, o del culto a la apariencia? La presión por lograr eficacia, el tener que hacer algo trae consigo miedo y angustia. Necesitamos tiempos de silencio para percibir la obra de Dios en el corazón de las personas y sus huellas en la creación. En la contemplación no necesitamos lograr nada. Elegimos estar. No pretendemos hacer, sino ser.
Silencia los ruidos mentales que ensordecen y aturden y escucha el callado amor escondido en todo lo creado.
Miércoles, 3 de mayo
Santos FELIPE Y SANTIAGO, apóstoles
«El que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores» (Jn 14,12).
La misión nace de una convivencia prolongada con Jesús; la profecía nace de la amistad con Dios. Lo que se descubre en la intimidad del encuentro orante se proclama desde los tejados. Cuando un orante ha experimentado el amor gratuito de Jesús, puede colocarse en medio del mundo para ser con sus obras un humilde reflejo de la belleza de Dios.
Tú, Señor, eres mi Camino, mi Verdad y mi Vida. Tu amistad me pone en camino de anuncio.
Jueves, 4 de mayo
«El que recibe a mi enviado, me recibe a mí» (Jn 13, 20)
La experiencia de amor totalmente gratuito de Jesús al lavar los pies es tan profunda y grande que algunos responden con la entrega incondicional de su vida al servicio del Evangelio. Y Jesús dice que quien se parece a Dios no es el poderoso ni el que se cree mejor que los demás; se parece a Dios el que sirve de esa manera y va por la vida buscando espacios de comunión en la diversidad. El enviado de Jesús va por la vida escuchando voces que no son las suyas, acogiendo a los que están en todas las orillas.
Orar es «una fiesta sin fin donde se renueva el encuentro con Jesús, como un baile, como una danza en los brazos de su gracia, con la música universal del amor» (Madeleine Delbrel).
Viernes, 5 de mayo
“No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí» (Jn 14, 1)
El Creador no abandona nunca la obra de sus manos, no se arrepiente de habernos creado. Por el contrario, el cuidado de la creación es uno de los aspectos más descuidados por los cristianos de hoy en día. El respeto por el medio ambiente es otra manifestación de nuestro amor a Dios y al prójimo. Se cree en Dios cuidando lo que Él ha creado y se respeta al prójimo no destruyendo el patrimonio ambiental común.
Jesús quiere que estemos siempre a su lado, porque él es el camino y la verdad y la vida.
Sábado, 9 de mayo
«Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto. Felipe le dice:«Señor, muéstranos al Padre y nos basta» (Jn 14,7.8).
Jesús nos invita a encontrarnos con Él para llegar a Dios. Para ello necesitamos estar convencidos de que queremos este encuentro que, probablemente, nos comprometerá a un cambio de vida, porque quienes nos miren a nosotros, en nuestras obras, han de ver a Dios, porque Dios habla a través de nuestras acciones. Por ello, seamos cada uno de nosotros, presencia de Jesús y de Dios en el mundo.
Abrimos el corazón al amor que Dios vuelca en él. Dios nos ama con ternura. Lo que Dios nos da no es para que lo ocultemos ni lo defendamos bajo llave. Nos lo da para que lo compartamos.