LA ORACIÓN DE JESÚS. Juan 17,1-26
MOTIVACIÓN
En esta noche Jesús nos pide que oremos con él. Nos necesita. Quiere compartir con nosotros su amor hasta el extremo, pero también hacernos partícipes de su dolor y tristeza. No es noche de muchas palabras, es más bien una noche de silencio y de adoración.
Canto: EL SEÑOR DIOS NOS AMÓ COMO NADIE AMÓ JAMÁS.
1. JESÚS PONE SU VIDA EN LAS MANOS DEL PADRE
La hora esperada tan ardientemente durante toda su vida ya ha llegado para Jesús. La tiene delante y está decidido a vivirla con toda intensidad. Pero no la vive solo. La vive abierto confiadamente al Padre, poniendo en sus manos toda su vida. A nosotros, sus amigos, nos pide que entremos también en su oración. El odio va a ser vencido por el amor fiel. De su entrega crucificada va a surgir una nueva humanidad.
Lectura: Juan 17,1-5
Así habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado. Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese.
Momento de silencio
Oración:
En tus manos de Padre ponemos la vida.
Nuestras esperanzas y nuestros miedos,
nuestras alegrías y fracasos,
nuestro hoy y nuestro mañana.
Te confiamos las horas difíciles y oscuras,
los momentos de paz, de lucha y de gozo.
Queremos ser en el mundo
semilla de oración y de ternura.
Vivir tu proyecto de amor fiel
con gestos de servicio gratuito.
2. JESÚS ORA POR LA COMUNIDAD
Jesús reza por los discípulos que van a vivir el proyecto nuevo del reino en medio de un mundo hostil y contrario a su mensaje de luz y de vida. Jesús pide al Padre que les comunique el Espíritu de la verdad para que su testimonio de vida y alegría ilumine y contagie a cuantos quieran seguir sus huellas. A nosotros sus amigos nos abre su intimidad y nos dice que nos lleva en su corazón, y quiere que habitemos el hogar de la comunión donde él vive con el Padre y el Espíritu.
Lectura: Juan 17, 6-19
He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado; y han guardado tu Palabra.
Ahora ya saben que todo lo que me has dado viene de ti;
porque las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos las han aceptado y han reconocido verdaderamente que vengo de ti, y han creído que tú me has enviado.
Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos;
y todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y yo he sido glorificado en ellos.
Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros.
Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura.
Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada.
Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo.
No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno.
Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo.
Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad.
Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo.
Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad.
Momento de silencio
Canto: DONDE HAY CARIDAD Y AMOR, AHÍ ESTÁ EL SEÑOR
Oración:
Señor Jesús, tu amor nos ha convocado esta noche.
Derrama sobre nosotros el Espíritu de la Verdad
para que nos enseñe a vivir la comunión
y para ser testigos de la vida en el mundo.
Que tu amor esté siempre en nuestro corazón
para contagiar a todos la alegría de sabernos hermanos.
3. JESÚS ENTREGA LA HUMANIDAD AL PADRE
Jesús confía en el Padre y en el Espíritu; está seguro de que su obra continuará; siempre habrá hombres y mujeres que respondan a la llamada de la vida. Jesús desea que todos/as gocemos viviendo en su amistad y siguiendo sus huellas de amor que se hace servicio. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Lectura: Juan 17, 20-23
No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí,
para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno:
yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.
Momento de silencio
Oración:
Padre, Dios, en esta noche de la última Cena,
nos quedamos asombrados
ante la fidelidad de Jesús a tu Plan de salvación,
y ante su entrega incondicional a la humanidad.
En esta noche de la última Cena,
Padre de Jesucristo, ésta es nuestra plegaria:
Envíanos tu Espíritu para seguir el proyecto de Jesús.
Que su amor nos haga gratuitos
Que su valentía nos llene de fortaleza.
Que su decisión alumbre nuestra fe.
Que su vida entregada nos mueva a la ternura.
Queremos entregar nuestra vida a ti, Padre bueno.
Ser testigos creíbles de que el amor es más fuerte.
4. JESÚS NOS ENVÍA A VIVIR EL AMOR
En la cruz, Jesús nos revela el amor incondicional y gratuito del Padre. Su costado abierto es signo del derroche de su amor a la humanidad. El fruto de su muerte es el Espíritu, que inunda la vida de la Iglesia y nos envía a ser testigos de su amor en el mundo.
Lectura: Juan 17, 24-26
Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplan mi gloria, la que me has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo.
Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido y éstos han conocido que tú me has enviado.
Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos».
Momento de silencio
Aclamamos y alabamos a Dios que nos ama en Jesucristo
Te glorificamos, Padre, por el amor que nos regalas en tu Hijo, Jesucristo.
Te alabamos, Dios de Amor, por tu ternura entrañable.
Te glorificamos, Señor de la historia, por la vida que brota de tu amor en la cruz.
Te alabamos, Cristo, por el pan partido y repartido de tu cuerpo hecho Eucaristía.
Te bendecimos, Dios de la vida, por hacernos hijos y hermanos.
Oración
Padre bueno, que manifiestas tu ternura a todos tus hijos/as.
Enséñanos a acoger a todos los que están en las orillas de la vida,
y a dejarnos evangelizar por ellos.
Envíanos a anunciar la buena noticia del Reino.
Llévanos donde los hombres y mujeres
necesiten la esperanza, la alegría, la ternura, el consuelo.
Despierta nuestra creatividad
para inventar gestos solidarios,
y sentarnos todos en la mesa de la fraternidad
que tú nos has preparado.
Canto. ID AMIGOS POR EL MUNDO ANUNCIANDO EL AMOR. MENSAJEROS DE LA VIDA DE LA PAZ Y EL PERDÓN.
SED AMIGOS LOS TESTIGOS DE MI RESURRECCIÓN. ID LLEVANDO MI PRESENCIA CON VOSOTROS ESTOY