17ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Lunes, 31 de julio

“El reino de los cielos se parece a un grano e mostaza” (Mt 13,31)

Jesús pone los ojos en lo pequeño, en lo que no cuenta y lo elige para hablar de la presencia del reino, que está comenzando a llegar: su presencia es por ahora germinal; su apariencia, como la de la semilla y la levadura, es insignificante, pero lleva dentro una fuerza transformadora, que ha prendido ya en la historia, y su crecimiento es irreversible.

Intuyo tu presencia en mí, Señor. Entro en mi corazón donde solo Tú me ves. Hago silencio para oír tu voz. Callo para decirte mi amor.

Martes, 1 de agosto

“Los justos brillarán como el sol en el Reino del Padre” (Mt 13,43)

Jesús se goza con los que han vivido las bienaventuranzas. Es la alegría de la santidad que se extiende por toda la tierra. Contempla a Jesús, sigue los caminos de su evangelio, y te brillarán los ojos, quedarás radiante.

¡Cómo se extiende el perfume de la santidad! ¡Cómo te alegras, Espíritu, en tus obras! Bendito y alabado seas, Señor.

Miércoles, 2 de agosto

“El reino de los cielos se parece también a un comerciante de perlas finas, que al encontrar una de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra” (Mt 13,46).

Jesús es la perla de gran valor. Dar con Él es fruto de encuentro un gratuito que llena de alegría la vida. Si te has encontrado ya con Jesús entenderás bien esta palabra. Si no te has encontrado con Él, sigue buscando perlas finas. Es una excelente manera de vivir la vida.

Siempre estás, Jesús. Te llevo conmigo. Mi corazón siente tu presencia. Mis labios dicen tu nombre.

Jueves, 3 de agosto

El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces… ¿Habéis entendido todo esto?” (Mt 13,47.51).

No se trata de mirar a Jesús desde una ideología. Se trata de aceptar su mensaje, de respirar su perfume, de seguir sus pisadas. Sé humilde para aceptar que las convicciones hondas tardan en llegar a tu corazón.

Cuando paso contigo largos ratos, Señor, afloran a mi mente las memorias más hondas, siento que Tú me amas.

Viernes, 4 de agosto

“Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta». Y no hizo allí muchos milagros, por su falta de fe” (Mt 13,57).

En su tierra y en su casa no lo entienden. Le duele a Jesús tener que decir esto. En nuestra tierra se sigue despreciando al que dice la verdad y no habla con falsedad.   Tú sabes que en Jesús encuentras respuesta a las expectativas más íntimas de tu corazón. Pero tienes que saber que puedes ser despreciado.

Que ninguna dificultad frene mi amor a ti, Jesús, Quiero testimoniar tu amor con valentía. ¡Dame la fuerza de tu Espíritu!

Sábado, 5 de agosto

“El rey lo sintió, pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran, y mandó decapitar a Juan en la cárcel” (Mt 14,10)

Juan, el profeta, es valiente para la denuncia. No ha dejado que en sus labios se asome la adulación y la mentira. Jesús recoge el testigo de todos los mártires de la historia. Seguro que no te es fácil, pero intenta decir la verdad.

Hablo con mis hermanos lenguajes tibios. Escondo tu verdad, tu profecía. Sana mi cobardía, Señor.   

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