Lunes, 6 de noviembre
“Cuando des un banquete invita a los pobres…” (Lc 14, 13)
Frente al interés personal, Jesús proclama que la generosidad con los pobres, sin esperar ser correspondido, es uno de los valores del Reino. Esta tendencia es de todos los tiempos y culturas, por lo tanto también tuya, Dichoso serás si tienes un corazón generoso. Abre tu puerta al pobre.
Señor, enséñame a ser como tú: desprendido, generoso, desinteresado. Para que mi vida te agrade y sea feliz.
Martes, 7 de noviembre
Beato FRANCISCO PALAU Y QUER, OCD
“Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se me llene la casa» (Lc 14, 24).
Jesús ofrece el banquete del Reino a todo tipo de personas, quiere que su casa se llene, porque hay sitio, palabra y tarea para todos. Acoge la invitación de Jesús y deja que el mandamiento del amor queme tus entrañas. Acércate agradecido a la Eucaristía, en ella, Jesús se entrega como Pan de Vida.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, habitaré en la casa del Señor por años sin término.
¡Cuán bien cuidado está el que se fía de Dios (Beato Francisco Palau, Carta 56)
Miércoles, 8 de noviembre
SANTA ISABEL DE LA TRINIDAD
“Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío” (Lc 14, 27).
El seguimiento de Jesús pide muchas veces la renuncia y el despojamiento. El cargar con su cruz no supone un peso adicional a las dificultades e la vida sino un estilo de vivir lo cotidiano a la luz de los valores del Reino. Jesús nos invita a vivir con libertad, a caminar ligeros de equipaje, a llevar en el corazón su persona y su mensaje.
Señor, quiero seguirte, pero me faltan las fueras para hacerlo. No te veo, no te siento, no te comprendo, pero me fío de Ti. “
He hallado mi cielo en la tierra pues el cielo es Dios y Dios está en mi alma (Isabel de la Trinidad, Carta 110).
Jueves, 9 de noviembre
LA DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE LETRÁN
“Destruid este templo, y en tres días lo levantaré” (Jn 2,19)
Jesús echa fuera del recinto del templo a los animales y pronuncia una palabra profética: Él es el nuevo templo, el lugar del encuentro del ser humano y Dios. Jesús te invita a entrar en su presencia y a adorar a Dios en espíritu y en verdad.
Señor, yo quiero entrar en tu santuario. Dame manos limpias, corazón puro, enséñame a amar. Tu sangre me limpia, tu Palabra me abrasa, tu Espíritu Santo inunda mi ser.
Viernes, 10 de noviembre
“Los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz” (Lc 16, 8).
Esta parábola no nos invita a ser inicuos sino a ser sagaces, a hacernos amigos utilizando los bienes de este mundo para ponerlos al servicio de los más necesitados. El reino de Dios necesita de ti, de tu decisión y de tu inteligencia. Ponlas a su servicio.
Tú, Señor, siempre me sorprendes, Y no me gusta… pero lo necesito. Que mi entrega sea más inventiva y audaz en beneficio de mis hermanos.
Sábado, 11 de noviembre
“Dios conoce vuestros corazones” (16,15).
Jesús nos describe al hombre religioso como el que es de fiar en lo poco, desprendido de lo material y humilde. Porque no se puede servir a Dios y al dinero. Opta por Dios, por la libertad. No le entregues al Señor un corazón compartido.
Yo sé, Señor que tú me conoces por dentro. Ayúdame a ser coherente. Quiero elegirte a Ti.
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