Lunes, 27 de noviembre
“Esa viuda pobre ha echado más que todos, porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir” (Lc 21, 3-4).
Jesús va por la vida mirando lo pequeño, lo que no cuenta a los ojos de los poderosos, lo que está escondido y pasa desapercibido para quienes se afanan en aparentar y tener. Se alegra con los gestos pequeños de la gente sencilla. Una pobre viuda da todo lo que tiene para vivir y en esta entrega nos revela su interior habitado por una gran confianza en Dios, que siempre cuida de los pobres. “La confianza, y nada más que la confianza, puede conducirnos al Amor” (Santa Teresita).
Enséñame, Señor, a mirar la vida con atención. A descubrir los brotes de ternura, los gestos de amor, por pequeños que estos sean.
Martes, 28 de noviembre
“Mirad que nadie os engañe” (Lc 21,8).
Lucas exhorta a la comunidad cristiana a vivir en alerta ante posibles signos engañosos, a poner los ojos en Jesús y a recorrer su camino con coraje y valentía, en medio de las pruebas y dificultades del momento presente. Jesús es tu Salvador, deja que su Amor te libere de todos tus temores y esclavitudes.
Tú me invitas, Señor a dejar mi vida en tus Manos, a vivir con esperanza el momento presente y a hacer de este mundo un mundo de vida y de paz.
Miércoles, 29 de noviembre
“Yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro” (Lc 21, 15).
Jesús anuncia las persecuciones de la comunidad cristiana y le asegura la protección incesante de Dios. No debe temer. En los momentos de prueba, persecución, acusaciones falsas, confía tu causa al Señor, verás que el Espíritu Santo pone en tu boca las palabras adecuadas y la fuerza necesaria para afrontar esa situación.
Te confío mi vida, con todo el amor de que soy capaz. Dame tu sabiduría para conocer y amar tu voluntad.
Jueves, 30 de noviembre
SAN ANDRÉS
“Venid y seguidme” (Mt 4,19)
Jesús siempre está llamando. Su llamada convierte a cada persona en única, irrepetible, nueva, santa. Aviva en tu corazón la presencia de Jesús, escucha en silencio la palabra de amor que dice a tu corazón, teje con él una historia de amistad.
Gracias, Jesús, por fijarte en mí. Desde mi pobreza, besada por ti, te alabo y te bendigo con toda la Iglesia. Te sigo con alegría.
Viernes, 1 de diciembre
“Cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios… Mis palabras no pasarán»” (Lc 21,32.33).
No sabemos ni el día, ni la hora, ni los acontecimientos que ocurrirán al final de los tiempos. Jesús nos invita a confiar en su Palabra, viva y eficaz, que permanecerá siempre: antes, durante y después de los signos que anuncian el fin. Fíjate en lo que te sucede cada día y descubre en los acontecimientos, grandes o pequeños, la presencia del Reino de Dios, que te invita a vivirlo todo con esperanza.
Enséñame, Señor, a mirar la vida con tus ojos, a ver las cosas, como Tú las ves. Dame luz para ver las semillas de vida que ya están brotando en el mundo.
Sábado, 2 de diciembre
“Estad despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre” (Lc 21, 36-37).
El creyente tiene que vivir siempre en vela, como el servidor que espera en cualquier momento la vuelta de su señor. Ora incesantemente para que no caigas en la tentación de abandonar el camino del seguimiento de Jesús.
¡Ven, Espíritu Santo! Ora en mi interior. Mantén despierta mi fe. Alienta mi esperanza. Aviva la llama de mi amor. Hazme generoso/a en la entrega a los demás.
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