Lunes, 6 de febrero.
“Cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaban los enfermos en camillas” (Mc 6,55) .
El encuentro de Jesús con los enfermos refleja el estilo de actuar de un Dios acogedor y sanador, que se interesa por lo más débil. Muchos marginados encuentran la vida en el proyecto que propone Jesús. Pon ante Jesús tus debilidades. El alfarero, con tu barro, puede hacer una vasija nueva.
Si quieres hacer de mi barro un vaso para que puedan beber en él los hermanos/as ¡bendito seas!
Martes, 7 de febrero
“Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí” (Mc 7,6)
¡Qué lejos están a veces las palabras del corazón! Convendría callar, mientras nace una palabra nueva. Para que haya fuentes en el desierto tiene que haber pozos escondidos en la montaña. A Dios le agrada más tu verdad aunque sea pobre, que tu mentira aunque sea brillante.
¿Cuándo aprenderé a huir de las aguas estancadas, y a beber de tu manantial?
Miércoles, 8 de febrero
“Lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre” (Mc 7, 16)
Nada externo puede separar al ser humano de Dios. La conducta injusta con los demás, el egoísmo, la ambición, es lo que mancha y deteriora las relaciones humanas. No fomentes rencores, que empañan tu confianza, favorece el diálogo, donde cada persona pueda expresar su verdad. Regala humanidad para que todos/as puedan respirar el aire nuevo del Espíritu.
Tu Amor, Dios mío, habita mi corazón. Tu Amor, Dios mío, me hace hermano/a Tu Amor, Dios mío, me lleva a cuidad todo lo creado
Jueves, 9 de febrero
«Por lo que has dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija» “Volvió a su casa y encontró que la niña estaba echada en la cama y que el demonio se había ido” (Mc 7, 29-30).
El poder del mal no respeta fronteras, ni edades, ni culturas. En cada pueblo, en cada ciudad, en cada rincón, hay hombres y mujeres que sufren en silencio. La fe persistente de una mujer pagana impulsa a Jesús a derramar su ternura con los pequeños, con los que sufren, con los que están en las orillas de la vida.
Acude a Jesús y pídele repetidas veces que cure tus heridas, tus penas, tus dolencias. Preséntale también el dolor de quienes sufren en silencio y han perdido la esperanza.
Viernes, 10 de febrero
«Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos» (Mc 7,37).
Jesús recorre los caminos anunciando el Reino de Dios. Lucha contra el mal y el sufrimiento humano, se compadece de todos los que están aquejados de dolencias, enfermedades, limitaciones. Nada humano le es ajeno. Jesús rompe la sordera, abre los oídos para que la persona pueda escuchar la vida, la dignidad de hijo/a de Dios, el cariño del Padre, que nos hace hermanos/as.
Que la Palabra de Jesús ”Effetá”, “Ábrete”, despierte en ti la alabanza y te ponga en camino de Reino
Sábado, 11 de febrero
«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y si los despido a sus casas en ayunas, van a desfallecer por el camino. Además, algunos han venido desde lejos».(Mc 8,2.3).
Jesús se conmueve al ver a la gente, que se ha echado al camino y va detrás de Él, necesitada de pan, verdad, cariño y dignidad. Sus palabras llenas de vida, de ternura, de consuelo han despertado el entusiasmo de las gentes. A todos/as les han entrado ganas de vivir, de seguir a ese hombre, que tiene un lenguaje nuevo.
Acércate A Jesús, no lleves nada en las manos, sólo confianza en tu corazón.
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