Queridos familiares y amigos:
Os felicito la Navidad con algunas imágenes de la Basílica de la Natividad, en Belén – Bethlehem = Casa del Pan.
1. Puerta de la Humildad.
En tiempos de invasiones se tapió la gran puerta para evitar que los jinetes invasores profanaran el templo entrando en él montados en sus caballos. Se dejó una pequeña puerta, de manera que, desde entonces es necesario humillarse; «hacerse pequeño», para entrar a adorar a Dios y reconocer sólo en él su grandeza.
2. Icono de la Virgen del gozo.
Mientras esperamos el turno para bajar a la gruta, nos acoge María a través de este Icono. Es un icono oriental del tipo de «Virgen Hodigitria» (=la que muestra, en Jesús, el Camino). La Virgen proclama la grandeza del Señor y esboza una sonrisa, a la cual se asoma su alma gozosa y su corazón humilde y agradecido, por la dicha de haber dado a luz al Hijo de Dios, nuestro Salvador.
3. Icono del Nacimiento.
Este Icono preside la Gruta, lugar santo donde nació el Señor. El Icono adorna el altar ortodoxo del Nacimiento. Hoy es para nosotros Navidad. Y, aquí vienen los peregrinos del mundo entero para adorar a Dios por el glorioso Nacimiento de su Hijo.
4. Estrella de Belén.
En el suelo, bajo el altar, hay una Estrella de plata que señala el lugar del Nacimiento de Jesús. En la Estrella hay una leyenda en latín que reza así: «Aquí nació, de la Virgen María, Jesucristo, Hijo de Dios». La Estrella tiene catorce puntas para simbolizar tres ciclos de generaciones en la genealogía del Señor: catorce generaciones desde Abraham hasta David; catorce generaciones desde David hasta la Deportación a Babilonia; y catorce generaciones desde la Deportación hasta el Mesías. En la genealogía de nuestro Señor figuran nombres de hombres y mujeres justos y pecadores, afirmando así que el Hijo de Dios ha entroncado verdaderamente con la familia humana, haciéndose uno de nosotros, como dice la Carta a los Hebreos, «en todo igual a todos, menos en el pecado». Pues bien, ante esta Estrella de Belén, cada peregrino se postra rostro en tierra, para besarla, tocar el Lugar Santo y adorar a Jesús Hijo de Dios, que nació aquí de María Virgen, como redentor del mundo.
5. El Niño de Belén.
La Iglesia contigua a la Basílica de la Natividad está dedicada a Santa Catalina de Alejandría y regentada por los padres franciscanos. En esta iglesia (desde la cual se tiene acceso a grutas adyacentes a la del Nacimiento), se venera una preciosa imagen del Niño Jesús de Belén. Como curiosidad os digo lo siguiente: resulta que, este Niño de Belén es un Niño «español», ya que su talla se debe a un escultor barcelonés. Bueno, fuera de bromas, lo importante es que os dejéis enternecer por el Niño Jesús para que surja lo mejor de vosotros.
San Francisco inventó los belenes para favorecer el encuentro con Dios desde la ternura y muchos santos después se han conmovido ante este misterio de la Encarnación. Finalmente, os invito a tomar al Niño en brazos, como San Juan de la Cruz que, meciéndolo, le cantaba: «Mi dulce y tierno Jesús / si amores me han de matar / ahora tienen lugar».
Que Él os bendiga con su paz. Un abrazo. Feliz Navidad 2020.
Rafael M.ª León, ocd