Lunes, 6 de mayo
“Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí” (Jn 15,26)
Jesús deja el Espíritu de la verdad, como LUZ que guía a la verdad completa. El Espíritu, presente en la comunidad, asegura que el mensaje y la actuación de Jesús son la verdad que da luz al mundo. Hoy no entres en el juego de la mentira. Di la verdad y se limpiará el ambiente. Aprecia a los que dicen la verdad; favorece lo que tenga que ver con la verdad.
Ven, Espíritu Santo. Ayúdame a decir siempre la verdad, a andar en verdad. Que mi cobardía no me haga mentir. Sé tú valiente en mí.
Martes, 7 de mayo
“Os digo es la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito” (Jn 16,7).
Cuando Jesús se va y parece que ya no puede darles nada, les da el regalo mejor: el Espíritu Defensor. El Espíritu, que le va a acompañar en el camino de la alegría, de la experiencia de Dios en lo más profundo de sí mismos. El va a transformar su miedo en valiente testimonio.
Espíritu de amor, hazme consciente de que estás en mi más profundo centro y desde ahí guías mis pasos vacilantes.
Miércoles, 8 de mayo
“El Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir” (Jn 16,13-14).
El Espíritu nos acerca a la verdad de Jesús, centro y meta del universo; nos empuja a recorrer terrenos inexplorados de la verdad de Jesús. En cada época nos sorprende con nuevos aspectos de su Evangelio. Colócate cada mañana en la gracia. Tu verdad más honda es que eres hijo/a y hermano/a de todos. Al anochecer dedica unos momentos a recrear tu mayor regalo.
Gracias, Padre, por el don del Espíritu en cada corazón humano. Que él nos guíe a la vida eterna.
Jueves, 9 de mayo
«Vuestra tristeza se convertirá en alegría» (Jn 16,20).
Jesús no oculta a sus amigos que llorarán y se lamentarán. En contraste con el mundo, cuya alegría refleja la satisfacción por su aparente victoria. Pero inmediatamente les anuncia la alegría. El será su alegría, y en la alegría encontrarán la fortaleza. Canta a menudo, porque cantar es propio de los que aman.
En la mañana regálame tu gracia. Que tu gozo sea hoy mi fortaleza y mi alegría salpique a mis hermanos.
Viernes, 10 de mayo
SAN JUAN DE ÁVILA, doctor de la Iglesia
“También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría” (Jn 16, 23).
Señor, gracias por la alegría que me brota de los adentros como un surtidor de vida. Ayúdame a contagiarla.
Sábado, 11 de mayo
«Si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará… Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre» (Jn 16,23.28).
Jesús ha abierto el camino para el encuentro con el Padre. Sus palabras despiertan y fortalecen la confianza en la oración de petición al Padre. Al decir Jesús que el Padre es amigo sorprendente de la vida, los pobres se acercan a él con confianza y le piden. ¿Y quién no se siente pobre ante Dios?
Padre, ¡gracias por tanto! Ayúdame a compartir cuanto tengo y soy; tú sabes que nada me pertenece.