SÉPTIMA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Lunes, 20 de mayo

María acompaña a la Iglesia peregrina y nos ayuda a abrazar, con ternura, nuestra fragilidad, nuestros dolores, preocupaciones y proyectos. Confiamos a su maternal corazón este tiempo litúrgico que comenzamos para aprender a fiarnos de Dios, que nos ama sin medida y siempre nos espera.

Gracias, Jesús, por darnos por Madre a María, tu madre. Gracias María por acogernos en tu corazón maternal.

21 de mayo, martes  

“El Hijo del Hombre va a ser entregado. Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos” (Mc 9,35). 

Jesús reitera su enseñanza sobre el destino del Hijo del hombre; pero los discípulos no entienden, tienen miedo a que Jesús les sorprenda. Lo quieren seguir con el equipaje de sus criterios humanos. Jesús les explica lo que supone estar con él: tienen que dejar de lado toda ambición, y ser el servidor de todos. En la misión no van solos, llevan la presencia de Jesús y del Padre.  

Orar es abrir los oídos a los pequeños, a los que apenas tienen voz en la tierra.

22 de mayo, miércoles

“El que no está contra nosotros está a favor nuestro» (Mc 9,40) 

¿Por qué nos tememos tanto? ¿De dónde nos nace este afán por dividir y trazar fronteras, cuando lo nuevo de Dios es la comunión? Destruye toda muralla que te impida ver el sol. Pide al Espíritu el don de poder amar a todos.

Padre, si todos son tus hijos, ¿cómo es que no son mis hermanos? Espíritu de amor, recrea la comunión en mi corazón.

23 de mayo, jueves

“Tomad, esto es mi cuerpo”… “Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos” (Mc 14, 22-23)

Jesús nos entrega su vida. Su amor sin medida nos mueve e impulsa a una respuesta de amor, que se exprese en gestos sencillos en el diario vivir;  cualquier ocasión es una oportunidad para hacerlo siempre con amor.

Cada día me acerco a tu fuente, Señor, para aprender a amar. Cada día tu Palabra reaviva mi fe, en medio de las tormentas.

24 de mayo, viernes 

“Serán los dos una sola carne” (Mc 10,8) 

Así es el milagro del amor; no conduce al dominio sino a la comunión. Ninguna ley humana puede destruir esta igualdad de hombre y mujer querida por Dios. Da tu apoyo a las iniciativas que potencien la igualdad en dignidad de hombre y mujer, la complementariedad de sus dones para un mundo mejor. 

Mirar juntos la vida, vivirla juntos. Darse más que dar, día tras día. Abrazos entrañables, abiertos a la vida. Gracias, Señor, por tu amor. Gracias, por cada mujer y cada hombre unidos en el corazón.

25 de mayo, sábado

“De los que son como los niños es el Reino de Dios” (Mc 10,14) 

Las cosas bellas empiezan a nacer en el corazón de un niño. El don de Jesús se convierte en ellos en una fuente de gracia para todos. Acércate a los pequeños, míralos con cariño. Poco a poco te descubrirás tu propio rostro.

Ando buscando tu rostro, Señor. Y Tú te escondes en los pequeños. Enséñame a recorrer los caminos de la infancia confiadamente.

Escucha este Evangelio acompañado de una canción y palabra de los Místicos, descargando la Aplicación: Evangelio orado

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