Lunes, 20 de mayo
BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA
“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo» (Jn 19, 25-26)
María acompaña a la Iglesia peregrina y nos ayuda a abrazar, con ternura, nuestra fragilidad, nuestros dolores, preocupaciones y proyectos. Confiamos a su maternal corazón este tiempo litúrgico que comenzamos para aprender a fiarnos de Dios, que nos ama sin medida y siempre nos espera.
Gracias, Jesús, por darnos por Madre a María, tu madre. Gracias María por acogernos en tu corazón maternal.
21 de mayo, martes
“El Hijo del Hombre va a ser entregado. Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos” (Mc 9,35).
Jesús reitera su enseñanza sobre el destino del Hijo del hombre; pero los discípulos no entienden, tienen miedo a que Jesús les sorprenda. Lo quieren seguir con el equipaje de sus criterios humanos. Jesús les explica lo que supone estar con él: tienen que dejar de lado toda ambición, y ser el servidor de todos. En la misión no van solos, llevan la presencia de Jesús y del Padre.
Orar es abrir los oídos a los pequeños, a los que apenas tienen voz en la tierra.
22 de mayo, miércoles
“El que no está contra nosotros está a favor nuestro» (Mc 9,40)
¿Por qué nos tememos tanto? ¿De dónde nos nace este afán por dividir y trazar fronteras, cuando lo nuevo de Dios es la comunión? Destruye toda muralla que te impida ver el sol. Pide al Espíritu el don de poder amar a todos.
Padre, si todos son tus hijos, ¿cómo es que no son mis hermanos? Espíritu de amor, recrea la comunión en mi corazón.
23 de mayo, jueves
JUEVES. NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE
“Tomad, esto es mi cuerpo”… “Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos” (Mc 14, 22-23)
Jesús nos entrega su vida. Su amor sin medida nos mueve e impulsa a una respuesta de amor, que se exprese en gestos sencillos en el diario vivir; cualquier ocasión es una oportunidad para hacerlo siempre con amor.
Cada día me acerco a tu fuente, Señor, para aprender a amar. Cada día tu Palabra reaviva mi fe, en medio de las tormentas.
24 de mayo, viernes
“Serán los dos una sola carne” (Mc 10,8)
Así es el milagro del amor; no conduce al dominio sino a la comunión. Ninguna ley humana puede destruir esta igualdad de hombre y mujer querida por Dios. Da tu apoyo a las iniciativas que potencien la igualdad en dignidad de hombre y mujer, la complementariedad de sus dones para un mundo mejor.
Mirar juntos la vida, vivirla juntos. Darse más que dar, día tras día. Abrazos entrañables, abiertos a la vida. Gracias, Señor, por tu amor. Gracias, por cada mujer y cada hombre unidos en el corazón.
25 de mayo, sábado
“De los que son como los niños es el Reino de Dios” (Mc 10,14)
Las cosas bellas empiezan a nacer en el corazón de un niño. El don de Jesús se convierte en ellos en una fuente de gracia para todos. Acércate a los pequeños, míralos con cariño. Poco a poco te descubrirás tu propio rostro.
Ando buscando tu rostro, Señor. Y Tú te escondes en los pequeños. Enséñame a recorrer los caminos de la infancia confiadamente.