¿Cómo acercarnos?
- Un deseo profundo de justicia brota de la situación de violencia y atropello que se da en nuestro mundo.
- Nos sorprende y nos da una gran confianza ver cómo Dios se pone de parte del pobre.
- Él nos urge a traer más justicia e igualdad a nuestra tierra.
Adviento es camino de justicia
Leerlo
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud.
Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre.
Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra.
Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso
todas las razas de la tierra.
¿Cómo orarlo?
- Pide a Jesús que venga su Reino de Verdad, de Justicia, de Paz.
- Mira a Jesús que ha venido para anunciar la Buena Nueva a los pobres, la liberación a los cautivos, la libertad a los oprimidos (Lc 4,18).
- Confía a Jesús las situaciones de pobreza e injusticia que ves a tu alrededor.
¿Cómo vivirlo?
De nada sirve leer la historia como plañideros y llenar el aire de lamentos. Sí sirve, y mucho, ser gentes de esperanza y compromiso. «La paz es don, es ternura, es mansedumbre, es amabilidad, es clemencia, es rechazo de poder, de dinero, de violencia; la PAZ es don de sí» (Phil Bosmans).