Lunes, 23 de mayo
«El Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí» (Jn 15, 26)
Jesús deja el Espíritu de la verdad, como un perfume que guía a la verdad completa. El Espíritu, presente en la comunidad, asegura que el mensaje y la actuación de Jesús son la verdad que da luz al mundo. Hoy no entres en el juego de la mentira. Di la verdad y se limpiará el ambiente. Aprecia a los que dicen la verdad; favorece lo que tenga que ver con la verdad.
Ven, Espíritu Santo. Que la mentira del mundo no me alcance. Guíame a la verdad completa.
Martes, 24 de mayo
«Os conviene que yo me vaya… Si me voy os lo enviaré [el Defensor]» (Jn 16,7)
Cuando Jesús se va y parece que ya no puede darles nada, les da el regalo mejor: el Espíritu Defensor. El Espíritu, que les va a acompañar en el camino de la alegría, de la experiencia de Dios en lo más profundo de sí mismos. Él va a transformar su miedo en valiente testimonio.
Orar es acoger el don del Espíritu y aprender a caminar con su luz y verdad.
Miércoles, 25 de mayo
«El Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena» (Jn 16,13)
El Espíritu nos acerca a la verdad de Jesús, centro y meta del universo; nos empuja a recorrer terrenos inexplorados de la verdad de Jesús. En cada época nos sorprende con nuevos aspectos de su Evangelio. La verdad de Cristo, que el Espíritu Santo nos enseña y nos dona, atañe para siempre y totalmente nuestra vida cotidiana. Colócate cada mañana en la gracia. Tu verdad más honda es que eres hijo/a y hermano/a de todos. Al anochecer dedica unos momentos a recrear tu mayor regalo.
Te bendigo y te alabo, Padre, por haber puesto tu Espíritu en la persona humana.
Jueves, 26 de mayo
«Vuestra tristeza se convertirá en alegría» (Jn 16,20)
Jesús no oculta a sus amigos que llorarán y se lamentarán. En contraste con el mundo, cuya alegría refleja la satisfacción por su aparente victoria. Pero inmediatamente les anuncia la alegría. El será su alegría, y en la alegría encontrarán la fortaleza. «Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría» (EG 1). Canta a menudo, porque cantar es propio de los que aman.
En la mañana hazme escuchar tu gracia, que tu gozo sea hoy mi fortaleza.
Viernes, 27 de mayo
«En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría» (Jn 16, 20).
Los cristianos aguardamos con esperanza la promesa del Señor: ¡Volveré! En la oración discernimos los acontecimientos, los signos de los tiempos, para descubrir en ellos el susurro del Espíritu. Aguardamos el mundo nuevo.
Señor, gracias por la alegría que me brota de los adentros como un surtidor de vida. Ayúdame a contagiarla, Señor. Es tuya y por tanto nuestra.
Sábado, 28 de mayo
«Yo os lo aseguro, si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará» (Jn 16,23)
Porque Jesús ha abierto el camino para el encuentro con el Padre, éste ya no es tierra desconocida, ni su recuerdo se oscurece en la memoria. Sus palabras despiertan y fortalecen la confianza en la oración de petición al Padre. Al decir Jesús que el Padre es amigo sorprendente de la vida, los pobres se acercan a Él con confianza y le piden. A tu alrededor hay personas generosas, a las que no se les queda nada entre las manos; todo lo dan. Descúbrelas. Pueden ser una presencia alentadora para tu camino.
Padre, ¡qué amigo eres de dar! Nada se te pone por delante. Gracias.
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