25 SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Lunes, 19 de septiembre

«Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz” (Lc 8,16).

Jesús es tu luz y es la luz del mundo. Pero, ¿qué hacer para que esa luz cruce el abismo y llegue a tu corazón? Y ¿cómo hacer para que te apropies de las verdades profundas? Tu vida es un candil en medio de la casa. Los que vienen necesitan tu luz para no tropezar.   

Ilumíname, Señor, con tu Espíritu. Y déjame sentir el fuego de tu amor en mi corazón. Y pueda alumbrar a quienes buscan, a oscuras, el camino de la vida.

Martes, 20 de septiembre  

«Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra” (Lc 8, 21).

Cuando cesan los ruidos y comienza la canción del corazón, Dios se hace susurro. El Espíritu te abre los oídos para que escuches la buena nueva de la salvación. La palabra de Dios es tu primera fuente de vida, la que alimenta tu relación con Dios. Recuerda a María, la virgen oyente, que acoge con fe la palabra de Dios.

Gracias, Señor, por tu palabra de vida. Gracias, por ser imagen tuya.Gracias, por haberme regalado una familia universal.

Miércoles, 21 de septiembre

SAN MATEO, apóstol y evangelista

«Al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y lo siguió (Mt 9, 9).

Jesús va por la vida mirando con atención a todas las personas. Descubre en sus rostros la sed profunda que los habita. Nos sorprende que llame a un recaudador de impuestos, a un hombre considerado como ladrón, para formar parte de sus discípulos.  

Llámame a mí también, Señor, y siéntame a tu mesa para comer contigo el pan de la misericordia. Que tu perdón y tu bondad me llenen de paz.

Jueves, 22 de septiembre

“¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?” (Lc 9,9)

Herodes está inquieto. Quiere encasillar a Jesús para domesticarlo, pero no sabe cómo. Sírvete tú de la pregunta del tirano para acercarte a Jesús y contemplar su rostro de cerca. ¿Quién es éste en cuya mirada se percibe un amor tan profundo, que toca nuestras raíces?

¿Quién es éste? Es Jesús, mi Señor. Quiero ir contigo, beber de tu fuente, respirar al aire de tu Espíritu, compartir contigo el pan y la palabra, amar como tú.

Viernes, 23 de septiembre

¿Quién decís que soy yo?” (Lc 9,20)

Esta pregunta te la hace Jesús. Es desafiante. Solo tú la puedes responder con tus palabras: Eres el centro de la historia y del universo. Eres mi Dios y Señor. Eres la luz, la verdad, el camino. Mi vida eres tú, Señor. Eres el pan y la fuente de agua viva, que satisface mi hambre y mi sed.

Juntos andemos, Señor. Eres amigo que nunca falla. No pretendo grandezas, Tú lo sabes. Pero aquí está mi vida. ¡Hágase! ¡Aquí estoy!

Sábado, 24 de septiembre

«Al Hijo del hombre lo van a entregar» (Lc 9,44)

Jesús se metió en situaciones que él sabía le iban a abocar a la cruz. Le sostenía la relación con el Padre. De la experiencia de su amor sale la verdadera profecía. Amó la vida y supo para qué vivía. Se metió en los problemas del ser humano y del planeta. Mientras, los discípulos discutían para ver quién era el más importante.

Me descalzo ante ti, mi Señor, porque el terreno que piso es santo.

Escucha este Evangelio con textos de los Místicos y una canción en la App Evangelio orado.

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