Lunes, 27 de junio
“Maestro, te seguiré adonde vayas” (Mt 8,19).
Jesús no engaña. Quien quiera seguirlo tendrá que aprender a entregar la vida y a caminar sin casa ni techo fijos. Dedica varias horas a caminar. Aprende lo que el camino (Jesús) te enseñe.
Juntos andemos, Señor. Por donde tú vayas, iré yo.
Martes, 28 de junio
“¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!” (Mt 8,25).
Aunque aparezca muy oscuro el horizonte de la humanidad, la Iglesia celebra el triunfo de la alegría pascual. Si un viento contrario obstaculiza el camino de los pueblos, si se hace borrascoso el mar de la historia, ¡que nadie ceda al desaliento y a la desconfianza! Cristo ha resucitado. Vete ante el Santísimo Sacramento, ora y adora. Exponle tus oscuridades y fracasos.
Tú eres, Jesús, el pan de la salvación. Tú eres, Jesús, el pan de los pobres. Tú eres, Jesús, el alimento de todos los peregrinos.
Miércoles, 29 de junio
SAN PEDRO Y SAN PABLO, apóstoles
“Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos” (Mt 16, 18.19).
En mi verdad interior afirma Jesús su alabanza: «¡Bienaventurado tú…” porque bebes de mi fuente, comes de mi pan, escuchas mi Palabra, sigues mis pasos y das testimonio de mí con tu vida. Tú, sí gozas de mi confianza y mi ternura y sobre ti se sigue edificando mi Reino de amor, paz y justicia.
Que recibamos con gozo la fuerza del Espíritu para que, afianzados en ti, Señor, colaboremos en la edificación y consolidación de tu Iglesia.
Jueves, 30 de junio
“¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados… «Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa»” (Mt 9,2. 7)
Jesús siempre está a favor de la vida. Cuando la encuentra encorvada, la levanta. Cuando la encuentra pisoteada, la dignifica. Cultiva hoy el lenguaje del ánimo. Un gesto de cercanía, una palabra de aliento, una mirada limpia y pacificada, una sonrisa… pueden transmitir vida a los más debilitados en la esperanza.
Me perdonas para que pueda perdonar. Me animas para que pueda animar. Me amas para que pueda amar.
Viernes, 1 de julio
“No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa “Misericordia quiero y no sacrificio”: que no he venido a llamar a justos sino a pecadores” (Mt 9,13).
Es extraño que Jesús se acerque y se haga amigo de los pecadores. Extrañó entonces y extraña ahora. La misericordia de Jesús desborda nuestra mentalidad calculadora y mezquina, a veces. Contempla a tu comunidad cristiana. Descubre en ella una comensalidad abierta, una casa de comunión para todos los excluidos.
Tu actuar compasivo abre las fronteras de mi corazón. Sentado/a con mis hermanos para compartir el pan, te alabaré, Señor.
Sábado, 2 de julio
“El vino nuevo se echa en odres nuevos” (Mt 9,17)
¿Cómo es la humanidad nueva que quiere hacer brotar el Espíritu? ¿Cómo son la mujer y el hombre nuevos que el Espíritu está empeñado en recrear? Atrévete a soñar un mundo nuevo a tu alrededor. Empieza con la ayuda del Espíritu. Nunca cambian tanto las cosas como cuando cambia uno mismo.
Cada día se nos ofrece una nueva oportunidad, una nueva etapa. Hoy estamos ante la gran invitación de renacer de nuevo, dejarnos guiar por el Espíritu Santo. Tú, Señor, siempre eres nuevo. Haz que mi vida también sea nueva.
Escucha este Evangelio con textos de los Místicos y una canción en la App Evangelio orado.