Lunes, 31 de octubre
“Cuando des un banquete invita a los pobres…” (Lc 14, 13)
El encuentro con Jesús puede cambiarnos. La conversión acontece en el corazón, pero se ve en la actitud hacia los más necesitados: ‘una iglesia pobre y para los pobres’. Pensar en los demás, compartir con ellos, solo es posible desde la fe en Jesús de Nazaret. Aquí comienza la aventura: ser testigos de Jesús en medio de una sociedad injusta.
Señor, enséñame a ser como tú: desprendido, generoso, desinteresado. Para que mi vida te agrade y sea feliz.
Martes, 1 de noviembre
TODOS LOS SANTOS
“Dichosos… ” (Mt 5,1-12a)
Jesús propone el estilo de vida de los suyos, de los que aspiran a la santidad. Las bienaventuranzas son un mensaje de esperanza y una palabra de aliento. La dicha viene de vivir al estilo de Jesús y caminar con el Evangelio en el corazón. Hoy, de nuevo Jesús, proclama las bienaventuranzas. Acógelas como dirigidas a ti, deja que su Palabra te penetre y comienza a dar pasos para vivir de otra manera más fraterna; así tu vida de llenará de luz y de gozo.
Yo también quiero ser feliz, Señor. Quiero ser ese hombre nuevo, esa mujer evangélica, y caminar en tu reino de paz y amor. Quiero ser santo.
Miércoles, 2 de noviembre
CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS
“Cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis” (Mt 25,40).
Esta excelente respuesta de Jesús identifica el servicio al necesitado con el amor a Cristo. Recuerda que la venida de Jesús al final de los tiempos será ante todo un acto de discernimiento, en el que aparecerán las consecuencias de tu comportamiento hacia los hermanos más pequeños.
Dios, Padre, de todos los pueblos, en Jesús nos mostraste el Proyecto de Reino: Tu Reino es Vida, Verdad, Justicia, Paz, Libertad, Gracia y Amor. ¡Venga a nosotros tu Reino, Señor!
Jueves, 3 de noviembre
“Cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento” (Lc 15, 5)
La gran novedad de Jesús es su misericordia. Con la parábola de la oveja perdida comprendemos la locura de su amor entrañable. Déjate encontrar por Jesús. Deja que te cargue sobre sus hombros. Dale esa alegría.
Señor, qué ternura la tuya, qué paz tan grande saber que me buscas y que mi pobreza te atrae.
Viernes, 4 de noviembre
“Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz” (Lc 16, 8)
Esta parábola no nos invita a ser inicuos sino a ser sagaces, a hacernos amigos utilizando los bienes de este mundo para ponerlos al servicio de los más necesitados. El Reino de Dios necesita de ti, de tu decisión y de tu inteligencia. Ponlas a su servicio.
Tú, Señor, siempre me sorprendes, Y no me gusta… pero lo necesito. Que mi entrega sea más inventiva y audaz en beneficio de mis hermanos, de mis hermanas.
Sábado, 5 de noviembre
“No podéis servir a Dios y al dinero” (Lc 16, 13)
Jesús se dirige a sus discípulos y, a través de ellos, a los creyentes de todos los tiempos para advertirles acerca del uso del dinero. Se es fiel a Dios compartiendo con los demás, atendiendo a los que peor lo pasan, de lo contrario sucumbirán a la esclavitud del dinero.
Haz que en mi vida la oración sea algo indispensable, y que yo también vaya a la eucaristía para oír tu Palabra, y recibir tu fuerza sanadora. Señor, atráeme, quiero vivir de Ti y contigo.
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