TRIGESIMO PRIMERA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Lunes, 3 de noviembre

“Cuando des un banquete invita a los pobres…” (Lc 14, 13)

La propuesta de Jesús es claramente subversiva. En su tiempo, los enfermos y los lisiados estaban excluidos no sólo de la vida social sino también del Templo. Frente al interés personal, Jesús proclama que la generosidad con los pobres, sin esperar ser correspondido, es uno de los valores del reino. Esta tendencia es de todos los tiempos y culturas, por lo tanto también tuya, Dichoso serás si tienes un corazón generoso. Abre tu puerta al pobre.

Señor, enséñame a ser como tú: desprendido, generoso, desinteresado. Para que mi vida te agrade y sea feliz.  

Martes, 4 de noviembre 

“Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se me llene la casa” (Lc 14,24)

Todos somos invitados al banquete del Reino, pero muchas veces buscamos justificaciones para eludir la llamada de Dios, quizá porque nos exige cambiar la mentalidad y los intereses. La parábola de la gran cena se cumple en la Eucaristía de la comunidad cristiana. Jesús te invita a sentarte a su mesa junto a muchos hombres y mujeres de rostros y culturas diferentes.

Señor, tú nos llamas a tu mesa, nos acercamos… ¿Tenemos suficiente fe para acoger tu amor gratuito que nos hace hermanos/as?  

Miércoles, 5 de noviembre

“El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío” (Lc 14,33)

El seguimiento de Jesús pide muchas veces la renuncia y el despojamiento para centrar la vida en Jesús y en el Proyecto del Reino. Exige poner en segundo lugar otros valores también importantes y llevar un estilo de vida sobrio, sencillo y solidario.  

Tu amor, Jesús, despierta mi confianza en ti. Me llamas a ser tu amigo/a. Me invitas a seguir tus pasos, a compartir lo que soy y lo que tengo.

Jueves, 6 de noviembre

“Cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento” (Lc 15, 5)

 La gran novedad de Jesús es su misericordia. Con la parábola de la oveja perdida comprendemos la locura de su amor entrañable. Déjate encontrar por Jesús. Deja que te cargue sobre sus hombros. Dale esa alegría.

Señor,  qué ternura la tuya, qué paz tan grande saber que me buscas y que mi miseria te atrae. 

Viernes, 7 de noviembre

“Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz” (Lc 16, 8)  

Jesús nos invita a ser sagaces, a hacernos amigos utilizando los bienes de este mundo para ponerlos al servicio de los más necesitados. El Reino de Dios necesita de ti, de tu decisión y de tu inteligencia. Ponlas a su servicio. 

Tú, Señor, siempre me sorprendes, Y no me gusta… pero lo necesito. Que mi entrega sea más inventiva y audaz en beneficio de mis hermanos.

“Vivo y viviré por la Iglesia; vivo y moriré por ella” “¡Cuán bien cuidado está el que se fía de Dios!” (Beato Francisco Palau).   

Sábado, 8 de noviembre

“No podéis servir a Dios y al dinero” (Lc 16, 13)

Se es fiel a Dios compartiendo con los demás, atendiendo a los que peor lo pasan, de lo contrario sucumbiremos a la esclavitud del dinero.

Señor, que mi entrega sea más audaz en beneficio de mis hermanos. 

“Creo que he encontrado mi cielo en la tierra, pues el cielo es Dios y Dios es mi alma. El día que comprendí esto, todo se iluminó en mi interior, y querría contar muy bajito este secreto a todos los que amo” (Santa Isabel de la Trinidad). 

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