LA EUCARISTÍA ES OBRA Y DON DE CRISTO QUE NOS ALIMENTA CON SU PALABRA Y SU VIDA
I.- AMBIENTACIÓN
1.- Momento de silencio para entrar en una Presencia y escuchar la Palabra de Jesús.
«Tomad, esto es mi cuerpo. Esta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos» (Mc 14, 25.26)
Música de fondo.
2.- Acogida y presentación. Cada uno dice su nombre para nacer en el grupo
3.- Interiorizar el lema: (Escrito en un cartel) Se ora lo que se cree y lo que se celebra
4. ¿Qué te sugiere la palabra EUCARISTIA?
II.- UN TRIPTICO
«La eucaristía es Palabra» (Lc 10, 38-42)
«La eucaristía es Misterio» (Lc 11, 1-4)
«La eucaristía es Compromiso» (Lc 10, 29-37)
III.- LA ORACION EUCARISTICA ES ORACION TRINITARIA
Buscar en la Plegaria Eucarística II las huellas de la presencia del Padre (agradecimiento), del Hijo (comunión), del Espíritu (invocación)
«Santo eres en verdad Señor, fuente de toda santidad;
por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu,
de manera que sean para nosotros Cuerpo y † Sangre de Jesucristo, nuestro Señor.
El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente aceptada,
tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:
«Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros».
Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el cáliz y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
«Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía».
Este es el sacramento de nuestra fe.
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
Así, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación,
y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra;
y con el Papa N., nuestro Obispo N. y todos los pastores que cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.
Acuérdate también de nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección,
y de todos los que han muerto en tu misericordia; admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
Ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen Madre de Dios, los apóstoles
y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos,
merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos. Amén».
IV.- DECIR EUCARISTIA ES DECIR JESUS
- La oración es recuerdo de Jesús
- La oración es actualización de Jesús
- La oración adelanta el futuro de Jesús
Tres pistas para orar ante Jesús presente en el Sagrario…
- Sacrificial: Entrega de Jesús: Entrega de nuestra vida
- Comunión: Fraternidad: Comunión de Jesús con el Padre
- Comunión de todos en Jesús, como regalo del Espíritu
Oración por la comunión
A ti, Dios Trinidad,
Dios Comunión,
Dios sin fronteras,
Dios de la paz y la justicia,
Dios de todos los pueblos de la tierra,
levantamos el corazón y las manos esta mañana.
Tú eres la luz que habita en nuestros corazones
y quieres que nos descubramos esa luz unos a otros.
Tú nos das a cada hermano y hermana,
del pueblo, cultura o religión que sea,
como un precioso regalo.
Tu gran sueño es que nada humano nos sea ajeno.
Tu alegría, ver que todos compartimos
la palabra y los silencios,
los caminos hallados, las preguntas,
el pan, la dignidad,
la danza, la alabanza,
el llanto y el gozo de la tierra.
Haz que avancemos una y otra vez en una iglesia de comunión.
Ayúdanos a descubrir el milagro del amor en el perdón diario,
en la confianza del corazón,
y en una mirada de bondad dirigida hacia todos.
Enséñanos a presentir y gustar la universalidad de la comunión,
a estrenar día tras día nuestra vocación a la comunión.
Que todos seamos uno, como tú, Trinidad santa.
Que viéndonos unidos, te vean a Ti,
que viendo a cada ser humano, te veamos a Ti.
En cada noche de la humanidad,
haz de nosotros centinelas de la paz.
En cada aurora de la humanidad,
enséñanos a visitarnos con el saludo de la paz.
En cada crisis de la humanidad, desármanos,
para seguir hablando el lenguaje del amor.
Te damos gracias por esta pequeña experiencia de comunión,
parábola de comunión para el mundo,
fermento de vida de familia en la sociedad,
perfume de buena noticia en nuestras calles.
María, Madre, cuida nuestras semillas de comunión.
Gloria a ti, Padre del amor.
Gloria a ti, Jesús de la gracia.
Gloria a ti, Espíritu de la comunión. Amén.
Adoración: Silencio ante la Trinidad que nos entrega la Vida