¡Qué bien sé yo la fonte que mana y corre: aunque es de noche!
Se encuentra fray Juan de la Cruz en Toledo. Año 1578. Tiene 36 años. Por su amor a la verdad, su integridad y coherencia, sus antiguos compañeros de Orden lo han metido en la cárcel conventual, un angosto espacio sin apenas luz. Allí pasa horas, días, meses, expuesto a comentarios hirientes y a unas condiciones de higiene y alimentación deplorables.
Sorprendentemente, nada de esto acalla la música que le mana sin cesar, nada apaga la luz que lleva escondida en sus adentros, y allí, en la cárcel, tiene lugar uno de los momentos culminantes de su creación poética, allí le brotan a borbotones canciones de amor.
En las largas horas de la noche escucha los sonidos de las aguas del Tajo, se le despiertan los manantiales que lleva dentro.
Así surge La Fonte, poema de gran belleza. Le gusta esto de Fonte, le recuerda a su pueblo Fontiveros, le recuerda el amor de su Amado que nunca deja de amar.
1. Aquella eterna fonte está escondida,
que bien sé yo do tiene su manida,
aunque es de noche.2. Su origen no lo sé, pues no le tiene,
mas sé que todo origen de ella viene,
aunque es de noche.3. Sé que no puede ser cosa tan bella,
y que cielos y tierra beben de ella,
aunque es de noche.4. Bien sé que suelo en ella no se halla,
y que ninguno puede vadealla,
aunque es de noche.5. Su claridad nunca es oscurecida,
y sé que toda luz de ella es venida,
aunque es de noche.6. Sé ser tan caudalosos sus corrientes.
que infiernos, cielos riegan y las gentes,
aunque es de noche.7. El corriente que nace de esta fuente
bien sé que es tan capaz y omnipotente,
aunque es de noche.8. El corriente que de estas dos procede
sé que ninguna de ellas le precede,
aunque es de noche.9. Aquesta eterna fonte está escondida
en este vivo pan por darnos vida,
aunque es de noche.10. Aquí se está llamando a las criaturas,
y de esta agua se hartan, aunque a oscuras
porque es de noche.11. Aquesta viva fuente que deseo,
en este pan de vida yo la veo,
aunque es de noche.