Domingo, día 14, a las 17,30 en la capilla del Cristo o en Santa Tecla
1.- Palabras del animador: Teresa de Jesús, hoy recibimos emocionados el bastón que te viste obligada a llevar al final de tu vida y que te acompañó en los meses que estuviste en nuestra ciudad de Burgos. Gracias por venir. Gracias por llevar a Burgos y a los burgaleses en tu corazón. Tú siempre quisiste andar en verdad. El bastón es símbolo de todas las ayudas que aceptaste en tu vida para caminar con ánimo, con alegría, con determinación llevando en tu corazón el Evangelio de Jesús. ¡Cuánta gente fue bastón para ti! Tú dijiste por experiencia que «gran mal es un alma sola en medio de tantos peligros». Un bastón. Algo bien sencillo, humilde, pero muy necesario para la vida. Porque nadie es autosuficiente. El bastón nos habla de ti. Nos recuerda tu presencia. Nos parece estar oyendo aquellas palabras tantas veces repetidas por ti: «Estoy vieja y cansada…» Mas no por eso dejabas de caminar por «caminos malos, con fríos y con nieves, con calores» y enfermedades sin cuento… Te bastaban unas palabras del Señor y este bastón para ponerte en movimiento para ayudar al Señor. Todo te parecía poco para responder al Amigo verdadero. En tu bastón nos dices a nuestra Iglesia Diocesana, nos dices a cada uno de nosotros, empezando por nuestro pastor, D. Francisco: «Es tiempo de caminar», es tiempo de caminar con libertad y alegría.Bendice a nuestro obispo Don Francisco, a los sacerdotes, a la vida consagrada, a los laicos, a los hombres y mujeres que peregrinan como tú a través de la vida y que sienten tu cercanía y tu amistad. Tu bastón nos recuerda a Jesús, el Buen Pastor, que nos acompaña con su cayado de ternura y bondad.
2.- Canto Vuestra soy, para Vos nací, ¿qué mandáis hacer de mí?
3.- Textos de Teresa de Jesús Queremos recordar aquí, en la catedral, la misma que tú, Teresa, conociste hace unos siglos, tu amor a la humanidad de Jesús. Lo primero que hiciste al llegar a Burgos fue ir a ver al Cristo de Burgos para orar ante Él, como a ti siempre te gustaba:
«No os pido más que le miréis» (C 26,3). «Los ojos en Él» (V 35,14), que «no se espanta de las flaquezas de los hombres» (V 37,6).
También recordamos tu sentido permanente de diálogo con la Iglesia, viviendo en obediencia, para andar engañada ni engañar, tú que eras tan amigo de andar en verdad delante de la misma Verdad:
«Por experiencia he visto el gran bien que es para un alma no salir de la obediencia» (Fundaciones, prólogo 1).
Tenemos presente uno de los sentidos fuertes de tu vida contemplativa, tu misión en la Iglesia:
«Procuremos ser tales que valgan nuestras oraciones para ayudar a estos siervos de Dios (pastores de la iglesia), que con tanto trabajo se han fortalecido con letras y buena vida y trabajado para ayudar ahora al Señor» (C 3,2).
Siempre nos viene bien escuchar tu pasión misionera:
«Mil vidas pondría yo para remedio de un alma de las muchas que allí se perdían» (C 1,2).
Y tu entrega total a quien se entregó por entero por amor a ti y a todos nosotros. Estas palabras embellecen tu andar por los caminos con el bastón en las manos. Abrimos las manos para hacer también nosotros la entrega de nuestra vida al Señor:
«Llegada un alma aquí, no es sólo deseos los que tiene por Dios; Su Majestad le da fuerzas para ponerlos por obra.No se le pone cosa delante en que piense le sirve, a que no se abalance; y no hace nada, porque ve claro que no es todo nada, sino contentar a Dios.Sed Vos, Bien mío, servido venga algún tiempo en que yo pueda pagar algo de lo mucho que os debo.Ordenad, Vos, Señor, como fueres servido, cómo esta vuestra sierva os sirva en algo.Mujeres eran otras y han hecho cosas heroicas por amor de Vos. Fortaleced Vos mi alma y disponedla primero, Bien de todos los bienes y Jesús mío, y ordenad luego modos cómo haga algo por Vos, que no haya quien sufra recibir tanto y no pagar nada.Cueste lo que costare, Señor, no queráis que vaya delante de Vos tan vacías las manos…Aquí está mi vida, aquí está mi honra y mi voluntad.Todo os lo he dado, vuestra soy, disponed de mí conforme a la vuestra» (V 21, 5).
4.- Palabras de Don Francisco, arzobispo de Burgos(palabras de bienvenida).
5.- Canto: Nada te turbe.
6.- Oración del Centenario (Don Francisco).
7.- Bendición con el Bastón (Don Francisco)
8.- Veneración del Bastón por los fieles.
9.- Canto: Caminemos, caminemos para el cielo… (Salida para el Museo de la Evolución)