4ª y 5ª Moradas. Fichas 7-9

FICHA 7. «ORACIÓN DE QUIETUD» (4M 2,2)

DIOS ES LA FUENTE DE LA ALEGRÍA

«¡Válgame Dios en lo que me he metido!» (4M 2,1). Teresa se ha metido a describir lo que pasa en los adentros; lo hace con valentía. Está en juego la libertad para el diálogo con Dios. Los consuelos «algunas veces van envueltos con nuestras pasiones, traen consigo unos alborotos de sollozos, y aun a personas he oído que se les aprieta el pecho y aun vienen a movimientos exteriores, que no se pueden ir a la mano, y es la fuerza de manera que les hace salir sangre de narices y cosas así penosas» (4M 2,1). Aporta un criterio: «Todo va a parar en desear contentar a Dios y gozar de Su Majestad» (4M 2,1).

Sigue el texto en la Ficha 7


FICHA 8. «ORACIÓN DE RECOGIMIENTO» (4M 3,9)

«HA DE ESTAR YA DESPIERTO EL AMOR» (4M 3,4)

Teresa regala otra preciosa panorámica: la oración de recogimiento. «No es estar en oscuro ni cerrar los ojos, ni consiste en cosa exterior, puesto que, sin quererlo, se hace esto de cerrar los ojos y desear soledad; y sin artificio, parece que se va labrando el edificio para la oración que queda dicha; porque estos sentidos y cosas exteriores parece que van perdiendo de su derecho porque el alma vaya cobrando el suyo que tenía perdido» (4M 3,1). Sin estrategias nuestras, Dios recoge y convoca al asombro de la fe. Siempre es hora de Dios.

Sigue el texto en la Ficha 8


FICHA 9. «UNIÓN CON DIOS» (5M 1,5)

«ESTE TESORO ESCONDIDO» (5M 1,2)

Dios es inabarcable en su riqueza de amor. Cuando la palabra lo quiere decir todo, desnuda el misterio; por eso, el deseo de callar, el balbuceo. «¡Oh hermanas!, ¿cómo os podría yo decir la riqueza y tesoros y deleites que hay en las quintas moradas? Creo fuera mejor no decir nada de las que faltan, pues no se ha de saber decir ni el entendimiento lo sabe entender ni las comparaciones pueden servir de declararlo, porque son muy bajas las cosas de la tierra para este fin. Enviad, Señor mío, del cielo luz para que yo pueda dar alguna a estas vuestras siervas, pues sois servido de que gocen algunas de ellas tan ordinariamente de estos gozos, porque no sean engañadas, transfigurándose el demonio en ángel de luz, pues todos sus deseos se emplean en desear contentaros» (5M 1,1). Teresa de Jesús terminará entrando en la fantasía del Espíritu, hablando de ello, orando. Necesitamos su canción mística.

Sigue el texto en la Ficha 9


FICHA 7. «ORACIÓN DE QUIETUD» (4M 2,2)

FICHA 8. «ORACIÓN DE RECOGIMIENTO» (4M 3,9)

FICHA 9. «UNIÓN CON DIOS» (5M 1,5)

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