«El estudio es manifestación del insaciable deseo de conocer siempre más profundamente a Dios, abismo de luz y fuente de toda verdad humana» (VC 98).
Este capítulo es un excursus dentro de la línea argumental de Teresa de Jesús. Pero los excursus son muy importantes. No había pensado hablar de esto y lo hace. Se le cuela en el esquema porque cree que es muy útil.
Teresa libra una batalla (de ahí el símbolo del castillo) contra la ignorancia y la falta de cultura en las comunidades. Se enfrenta a leyes y costumbres inveteradas. «De devociones a bobas nos libre Dios» (V 13,16). Ella leía libros en romance. «Era amiga de buenos libros» (V 3,7). Cuando la Inquisición le manda quema libros, confiesa: «Yo sentí mucho, porque algunos me daba recreación leerlos» (V 26,6). Cuando redacta Camino todavía lleva dentro la indignación que sintió ante tal atropello. Lo manifiesta con un claro gesto de ironía: «No os quitarán el Paternóster y el Avemaría» (CE 36,4).
Obsesionada por el tema de la cultura espiritual dice con la boca grande: «Es gran cosa letras» (C 5,2). Le apasionan los libros, los «letrados»: «Siempre fui amiga de letras» (V 5,3) y el diálogo con los maestros, que son «un gran tesoro» (V 13,16).
Quiere que sus hermanas codicien el saber: «Son gran cosa letras para dar en todo luz» (C 5,2). Letras es cultura y posibilidad de diálogo hondo. La formación ayuda a entender mejor los dones. Sabe que los libros cuestan mucho dinero y que son pobres pero aún así invita a invertir en cultura: «Aunque seáis pobres… el que sustenta los cuerpos despertará y pondrá voluntad a quien con ella dé luz a las almas; y remédiase este mal, que es el que yo temo» (C 5,5). «Es tan necesario este mantenimiento para el alma (cultura), como el comer para el cuerpo». Relaciona saber con luz (C 5,4). «Es gran cosa letras, porque éstas nos enseñan a los que poco sabemos y nos dan luz» (V 13,16).
Teresa pide también libertad para el grupo. «Por quien su Majestad es que no dé a probar a nadie en esta casa el trabajo de verse alma y cuerpo apretadas» (C 5,1).
Y entiende la libertad como libertad de conciencia. Hay muchos caminos y puede que no todos los sepa el confesor. Por ello es tan importante tener posibilidad de tratar con quien dé luz. «Alabad mucho, hijas, a Dios por esta libertad que tenéis» (C 5,1).
Dinámica: Cómo ser luz unos para otros
Se forman cuatro grupos.
Durante unos minutos dialogan y responden a esta pregunta:
¿Qué tendríamos que hacer en los grupos de oración para revitalizar más nuestra vida, para ser más felices y más fieles a lo que el Señor nos ha confiado?
«Perdóname por ir así buscándote
tan torpemente dentro de ti.
Perdóname el dolor, alguna vez.
Es que quiero sacar de ti tu mejor tú.
Ese que no te viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosísimo.
Y cogerlo y tenerlo yo en alto como tiene
el árbol la luz última
que le ha encontrado al sol.
Y entonces tú…
en su busca vendrías, a lo alto» (Pedro Salinas).