Burgos, 30 de mayo 1582
La carta terrible. Ana es natural de Medina del Campo. Insigne discípula y amiga de Teresa y Juan de la Cruz. «A la M. Teresa de Jesús traté con tanta familiaridad que… supe casi todas sus cosas». A petición de ella, escribe Juan de la Cruz el cántico espiritual. Difusora del Carmelo teresiano en España, Francia y Bélgica (Polonia y Alemania). Esta carta está escrita sobre bases de informaciones inexactas. Quemó las cartas de la Madre Teresa, excepto ésta, nada elogiosa para ella. Defendió en todo momento la libertad de las descalzas frente a las arbitrariedades del poder. Luchó por guardar el carisma en tiempos de persecución e incomprensión. A su amistad con Fray Luis de León se debe la edición príncipe de los escritos de la Santa.
A vueltas con la obediencia. Teresa sabe del «gran tesoro que está encerrado en esta preciosa virtud» (Pró de Fund) y corrige los pasos dados fuera de ella. «Mas allá se dan tan buena maña a no obedecer que no me ha dado poca pena esto postrero por lo mal que ha de parecer en toda la Orden y aun por la costumbre que puede quedar en tener libertad las prioras, que tampoco le faltarán disculpas… «Se erró desde el principio» (C 451,2). «Reídome he del miedo que nos pone que quitará el arzobispo el monasterio… Y si ha de ir, como ahora para poner principios en la Orden de poca obediencia, harto mejor sería no le hubiese; porque no está nuestra ganancia en ser muchos los monasterios, sino en ser santas las que estuvieren en ellos» (C 451,3).
Sigue el texto en F. 13: CARTA A M. ANA DE JESÚS EN GRANADA
