Llega el tiempo
donde ninguna voz silenciada
quedará sin palabra
ni respiro.
Donde toda dignidad ultrajada
será elevada y restablecida.
Donde toda ceguera será desvelada
de su orgullo e indiferencia.
Donde toda debilidad y carencia
será fortalecida y completada.
Donde todo corazón atemorizado
será abrazado y pacificado.
Donde toda hambre será saciada y
toda frialdad confortada.
Ya está aquí,
en el devenir constante
que no escatima esfuerzos para
caminar contra la corriente
del río que lo arrastra.
Ya está aquí,
en el compromiso silencioso
de quien se entrega sin descanso
al amor ineficaz.
Y en el dolor confiado de los olvidados,
que persisten día a día
para transformar las adversidades.
Ya está aquí el tiempo
de la Esperanza encarnada.
No lo esperes en futuros imaginables
de complacencias y bonanzas,
sino en la frágil humanidad
que se deja remendar.
Ya está aquí.
Y tú también lo puedes hacer posible.
Mar Galceran