Cuarto «Cuarto de Hora»
Reflexión:
Todos hemos escuchado alguna vez la parábola del hijo pródigo, se ha hecho en nuestra vida tan común escucharla que quizá ya no le prestamos atención. Pensamos en el hijo como el que vuelve a la casa del Padre y es recibido con infinito amor.
Hoy detengámonos a mirar a ese Padre que compadecido del dolor de su hijo lo recibe y lo abraza con ternura y le toca devolviéndole y dejando que fluya entre los dos la certeza de que el amor es más fuerte que todo lo que pudo haberle causado dolor, y de todo lo que le pudo haber herido.Lc. 15
Contenido Teresiano
Compadecerse es ponerse en los zapatos del otro, es de los gestos más característicos del amor de Dios. En la Biblia en muchos momentos Dios se compadeció de su pueblo, cuando andaban como ovejas sin pastor, cuando estaban indefensos, tristes, solos. De muchas maneras trata de hacerse presente y de buscar la manera de ayudarlo para que no sigan sufriendo o no sigan cayendo.
Jesús fue compasivo con Teresa, la amaba tanto como nos ama a nosotros que su corazón se acercaba al de Teresa y lo llenaba de amor. La miraba y se unía a ella con el deseo de consolarla, de animarla a seguir adelante, sabiendo que sólo el amor le daría valor a todas las cosas.
¿De qué te afliges, pecadorcilla? ¿Yo no soy tu Dios? ¿No ves cuán mal allí soy tratado? Si me amas, por qué no te dueles de mí? Relación 27
Estando un día muy apenada por el remedio de la Orden (su congregación), me dijo el Señor: «Haz lo que es en ti y déjame tú a Mí y no te inquietes por nada; goza del bien que te ha sido dado, que es muy grande; mi Padre se deleita contigo y el Espíritu Santo te ama». Relación 13
«¿De qué temes? ¿No sabes que soy todopoderoso? Yo cumpliré lo que te he prometido.» V. 26,2
Canta: Entra como puedas
En lo oscuro de mi vida
En las dudas te invoqué
Y llegaste a mi vida
Me tocaste con tu miel
Y tu amor todo llenó
Como el fuego me quemó
Y en tus brazos como el oro
Mi alma al fin brilló.
Tócame con tu fuego que es amor
límpiame y en tus brazos tómame
pues en ti y por ti
el mundo cambiará
pues en ti y por ti
el mundo cantará de tu amor.