Experiencias
Tuvimos la suerte de participar en una celebración dominical de una Parroquia con unos 200 niños, jóvenes y adultos, ambiente festivo y gozoso
¡Cual fue nuestra sorpresa a la hora de la Palabra de Dios y de la homilía!.
Ver a estos niños, adolescentes y jóvenes en profundo silencio, escuchar el comentario del Evangelio de la 1ª semana de Cuaresma.
El Sacerdote con algunos de los chicos representaban las escenas siguientes:
- Salió un chico desde el público, guapo, atractivo, libre, criatura de Dios, hecho a su imagen y semejanza. Es porque nuestro Dios nos hizo así.
- Luego entra en la escena otro personaje, disfrazado de diablo se coloca a su lado , y a medida que el Sacerdote va diciendo lo que hace este personaje en nuestras vidas va añadiendo elementos al joven:
- Escudos para cerrar su corazón.
- Nariz de payaso para no oler ni enterarse de lo que ocurre a su alrededor!
- Máscaras para tapar los ojos y no ver.
- Labios tapados con unos labios que solo transmiten palabrotas y mentiras.
- Auriculares para no oír a los que están a nuestro lado y quieren educarnos y enseñarnos.
- Peluca para cerrar nuestro cerebro y no pensar.
- Guantes para cerrar las manos y tener sólo puños para golpear.
- Botas en los pies para pisar fuerte a los demás, en vez de correr ligeros.
- Y por último, el diablo ataba pies y manos al chico y subiendo a un taburete le movía como a una marioneta.
Mientras tanto el sacerdote preguntaba a los niños si recordaban el Evangelio del día.
Lo que presenciábamos es lo que nos ocurre a cada uno de nosotros, grandes y pequeños cuando nos dejamos tentar.
Insistía, el sacerdote, en que en este tiempo de cuaresma se nos brinda la oportunidad de vencer estas tentaciones, quitarnos las caretas y todo lo que nos esclaviza para ser libres.
Este tiempo es favorable para acudir a las fuentes de la vida que son la Palabra de Dios, la oración, los sacramentos y la ayuda al prójimo necesitado.