Testimonio y anécdota de una familia que quiere vivir la fe orando con sus hijos
Testimonio:¿Qué hacemos nosotros? Pues la verdad es que un poco de todo, porque yo soy muy mal organizada y me cuesta hacer cosas fijas todos los días, o todas las semanas…
Eso sí, la oración antes de acostarse la hacemos casi siempre. Cada uno, por turno, abre las manitas, le da gracias al Señor por algo que le haya ocurrido últimamente y que le haya hecho feliz, y pide perdón o ayuda a Dios por algo que no haya hecho bien o que le cueste hacer.
Si durante el día nos hemos enfadado por algo en concreto, intentamos volver a hablarlo y pedirnos perdón mutuamente. Otras veces cojo un salmo y lo cantamos a la guitarra, después, les hago preguntas a los niños y les explico el salmo, igual que hacemos cuando leemos una lectura o un evangelio.
Una anécdota: Hace unos días, me encuentro a Noemí y Andrés (gemelos de 4 años) sentados en sendas sillas delante de la puerta del salón (mirando la puerta), y rezando. Resulta que Andrés había hecho una cruz en papel y había escrito ‘María, llena de gracia’, la había pegado a la puerta del salón, y allí se habían puesto los dos a rezar. Y me dicen, ¿rezas con nosotros? ¡Pues claro! (¡cómo les iba a decir que no!!!!) Así que mientras rezamos, leemos un libro que habla del amor de Dios, que es más profundo que el océano más profundo, más alto que el árbol más alto. Y entonces Pablo me dice, ¡Claro, Dios nos quiere tanto como papá y mamá! Entonces yo le miro y le digo, ‘No, Pablo, el Señor te quiere más que papá y mamá.’ Entonces me mira con una expresión en los ojos que lo decía todo (¡Dios me quiere más que mi papá y mi mamá que me quieren con locura!!!!!) se le iluminó la mirada, y entonces me vuelve a preguntar ‘pero cuánto me ama DIOS?’ Yo le contesto «Infinitamente». Sus ojos se abrieron de par en par, en una expresión que no olvidaré nunca, como si hubiera conseguido abarcar el infinito amor de Dios.