Motivación
Este año, el Adviento es un tiempo especial debido a la situación de pandemia que estamos viviendo y que afecta a toda la humanidad. Nos recomiendan estar confinados, tener distancia entre nosotros, y una serie de medidas para protegernos, ya que lo que le pasa a unos nos afecta a todos.
No dejemos que nos invadan la tristeza, la angustia y la inseguridad. Este tiempo de Adviento nos ayuda a mirar los acontecimientos de otra manera. Jesús, que siempre está con nosotros y nos acompaña en el camino, nos dice una palabra de esperanza y fortaleza:
¡Ánimo!, no tengáis miedo! (Mt 14, 22-23). “Yo estoy con vosotros todos los días” (Mt 28,20).
Este tiempo de Adviento nos invita a despertar, a velar, a estar atentos a la nueva venida del Señor, que es quien nos trae la alegría, la paz y serena nuestros corazones.
Que nuestra espera esté llena de silencio, de gozo y de amor. Así llegaremos a las fiestas de Navidad como los pastores y los magos.
La Virgen y San José están siempre presentes en cualquier Belén. Un Nacimiento sin ellos no tiene sentido. Ellos también vivieron situaciones difíciles, de inseguridad, de violencia, de rechazo, padecieron lo que es estar a la intemperie. Pero a pesar de todo mantuvieron encendida la fe y la firme confianza en Dios.
Les pedimos que alienten y mantengan la esperanza en nuestros corazones.
Para este tiempo de Adviento y Navidad os ofrecemos varios recursos que os ayuden a vivir y celebrar la Navidad en familia, en este año tan especial por la pandemia.
1. Pequeña enseñanza sobre el Adviento
Recuerda que Dios vive en medio de nosotros. Su presencia nos habita, nos envuelve y acompaña. Siempre estamos en su corazón.
Es el único verdadero Dios, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob; no es un Dios que está en el cielo, desinteresándose de nosotros y de nuestra historia, sino que es el Dios-con nosotros, el Dios que siempre viene y a la vez vive entre nosotros.
Es un Padre que nos ama intensamente, no deja nunca de pensar en nosotros, nos visita en medio de esta pandemia y nos habla al corazón con una palabra de consuelo y de esperanza.
¿Sabremos reconocerle? ¿Le abriremos la puerta de nuestra casa?
En los primeros días del Adviento acentuamos la espera de la última venida del Señor y al acercarse la Navidad, prevalece más la memoria del acontecimiento de Belén, para reconocer en él la «plenitud de los tiempos. Entre estas dos venidas, «manifestadas», hay una tercera, que san Bernardo llama «intermedia» y «oculta»: tiene lugar en el alma de los creyentes y tiende una especie de puente entre la primera y la última.
La Virgen conservó en su corazón al Verbo hecho carne, así cada uno de nosotros y toda la Iglesia estamos llamados, en nuestra peregrinación terrena, a esperar a Cristo que viene, y a acogerlo con fe y amor.
La oración y las «obras buenas» son esenciales e inseparables, como recuerda la oración de este primer domingo de Adviento, con la que pedimos a Dios que suscite en nosotros «la voluntad de salir al encuentro de Cristo, con las buenas obras».
¿Estaremos atentos y abiertos a las necesidades de nuestros hermanos, familiares, amigos?
El Adviento es un tiempo para vivir en comunión con todos aquellos que esperan en un mundo más justo y más fraterno.
Este compromiso por la justicia une a todos los hombres de cualquier nacionalidad y cultura; creyentes y no creyentes. Todos anhelamos un mundo de justicia y de paz.
Comencemos este nuevo Adviento, que nos regala el Señor, despertando en nuestros corazones la espera del Dios-que-viene y la esperanza de que su nombre sea santificado, de que venga su reino de justicia y de paz, y que se haga su voluntad así en el cielo como en la tierra.
Nos guían en esta espera la Virgen María, Madre del Dios, Madre de la Esperanza y San José, fiel y humilde servidor de la Palabra de Dios.
2. El Calendario del Adviento
Te ofrecemos un Calendario del Adviento, con él nos preparamos para la Navidad. Queremos despertarnos y esperar gozosos una nueva venida de Jesús en nuestras vidas.
Recorta y pega el Portal de Belén en una cartulina grande.
En una Ficha tienes 24 piñas.
Puedes recortar y pegar una piña, al terminar el día, en la cartulina, trazando el camino que te lleva al Portal de Belén:
Cuando realices algún servicio en la casa, ayudes algún compañero en el colegio, pidas perdón, digas la verdad, leas la Palabra de Dios, ores en algún momento etc…
Puedes también recortar los personajes del Belén: María, José,
la estrella y el Niño
la mula, el burro,
y dos corderitos.
Luego los colocas cada uno en su sitio. El día 24 por la noche colocas al Niño Jesús en el Portal y cantas un villancico con tus papás y hermanos.
3. Celebración del Adviento
Tema de la celebración: ¡Despertad, viene el Señor!
(Teniendo en cuenta la realidad de confinamiento que vivimos sugerimos que esta celebración se puede realizar por las plataformas digitales. Los padres y catequistas se tienen que poner de acuerdo para fijar día y hora y el desarrollo de la celebración).
Motivación
Nos reunimos para celebrar el Adviento, el Señor nos invita a preparar su nueva venida Estamos alegres porque trae luz a nuestras tinieblas y oscuridades. Nos despierta, nos saca de la monotonía y de la rutina, aviva en nosotros la esperanza. Revuelve las brasas para que ardan las llamas del amor.
Ambientación y preparación de los materiales
- Se preparan estrellas de cartón con el nombre de cada niño y se dejan en una cesta.
- Se copia el Evangelio del primer domingo de Adviento (Marcos 13, 33-37) en hojas de papel y se dejan en otra cesta.
- Una caja con lápices, y varios recortes de cartulinas.
- Se coloca en el centro de la sala, en una mesa o en el suelo, un mantel de Navidad con una planta, unas velas y la cesta de estrellas.
- Se prepara un gran cesto vacío dónde los niños depositarán sus regalos en el último encuentro de catequesis, antes de Navidad, para compartir con la gente necesitada.
Canto
Los niños entran cantando y se colocan en círculo, alrededor del mantel, respetando siempre la distancia recomendada y con la mascarilla…;
Dos adultos llevan la Palabra de Dios y una vela encendida. La colocan en el centro del mantel.
Breve diálogo con los niños
¿Qué vamos a celebrar muy pronto? ¿A quién esperamos y vamos a recibir? ¿Qué hacemos cuando recibimos a alguien en nuestra casa? ¿Cómo nos preparamos? ¿Dónde le recibimos? ¿Qué le ofrecemos? ¿Queréis que hoy recibamos a Jesús? Pues juntos lo vamos a hacer ahora y después seguiremos preparándonos durante el Adviento para acogerle con alegría el día de Navidad.
Entra el Misterio: María, José y el Niño, llevado por tres niños, lo colocan en el mantel, mientras se canta un villancico.
Ahora vamos a decir a Jesús que le esperamos con gozo y alegría:
Oración (Reza en alto, muy despacio un adulto)
Esta tarde, Jesús te invitamos a nuestra casa, ¡Ven!, no tardes.
Tenemos muchas cosas que contarte,
también queremos escucharte a ti,
porqué tu vienes a la tierra
para revelarnos los secretos del Padre. (Abrimos las manos)
Jesús nos tienes aquí, el corazón y las manos
bien abiertas para recibirte ¿Qué nos traes?
Hacemos un momento de silencio para escucharlo
¿Qué quieres decirnos de parte de Dios tu Padre?
Hacemos un momento de silencio para escucharlo en nuestros corazones.
(Un catequista coge la cesta de las estrellas, muy despacio nombra a cada niño, estos se levantan, cogen su estrella, la depositan en el mantel, junto al Niño, los que quieren pueden decir en alto algo a Jesús: Jesús te doy gracias por venir a la tierra…; Jesús te quiero…; etc…; Puede empezar un catequista).
Reflexionamos y compartimos la Palabra de Dios
(Esta pequeña reflexión la puede hacer el niño solo o se puede formar pequeños grupos. Repartimos una hoja con el Evangelio y un lápiz a cada uno).
Evangelio según san Marcos 13, 33-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Estad atentos, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento.
Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.
Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer: no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.
Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!».
- Buscamos y subrayamos en la hoja del Evangelio las actitudes que descubrimos y que queremos vivir durante este tiempo de Adviento.
- Compartimos con los demás y resumimos en algunas frases que escribimos en la cartulina y las colocamos junto al Niño
Peticiones
Ahora, Jesús, queremos pedirte por nuestros amigos, nuestra familia, por los enfermos, por el mundo. Sabemos que siempre nos escuchas
(Se reparte las peticiones a los niños).
A todas las peticiones, contestamos: Ven, Señor, Jesús.
- Por los que te esperan, por los que desesperan.
Todos: Ven, Señor, Jesús.
- Por los que buscan, por los que no buscan.
Todos: Ven, Señor, Jesús.
- Por los que caminan, por los que se cansaron de caminar.
Todos: Ven, Señor, Jesús.
- Por los que aman, por los que estropean el amor.
Todos: Ven, Señor, Jesús.
- Por los que confían en ti, por los que desconfían.
Todos: Ven, Señor, Jesús.
- Por los que creen en Ti, por los que no creen en nada.
Todos: Ven, Señor, Jesús.
- Porque tú nos quieres y porque te necesitamos.
Todos: Ven, Señor, Jesús.
- Porque Tú estás con nosotros en esta pandemia y nos invitas a estar atentos a quienes peor lo están pasando.
- Todos: Ven, Señor, Jesús.
(Invitamos a los niños a que hagan sus peticiones y acción de gracias en voz alta).
Navidad es la fiesta de Jesús, la fiesta de los regalos…
El tiempo de Navidad es un momento para intercambiar regalos. Queremos nosotros dar y recibir regalos. Vamos a pensar antes de terminar nuestra celebración ¿Que regalos vamos a preparar? ¿Qué vamos a compartir? ¿A quiénes vamos a regalar?
Se coloca el gran cesto vacío y es el momento de explicar a los niños la Palabra de Jesús: «Lo que hacéis a unos de estos pequeños a mí me lo hacéis»
Canto final.
Marie-Noëlle Maurin