LA FE AFECTA NO SÓLO LA MENTE Y EL CORAZÓN, SINO TODA NUESTRA VIDA. Benedicto XVI 9/1/2013.
«El Hijo de Dios se hizo verdaderamente hombre, nació de la Virgen María, en un tiempo y en un lugar específico, en Belén… (Lc 2,1-2); creció en una familia, tuvo amigos, formó un grupo de discípulos, dio instrucciones a los apóstoles para que continuaran su misión, terminó su vida terrenal en la cruz. Este modo de actuar de Dios es un poderoso estímulo para cuestionarnos sobre el realismo de nuestra fe, que no debe limitarse a la esfera de los sentimientos y emociones, sino que debe entrar en la realidad de nuestra existencia, es decir, debe tocar nuestra vida de cada día y orientarla de manera práctica. Dios no se detuvo en las palabras, sino que nos mostró cómo vivir, compartiendo nuestra propia experiencia» (Benedicto XVI).
En este año de la fe queremos seguir profundizando en el Evangelio. Queremos crecer en el conocimiento de Jesús, seguir sus pasos, imitar sus gestos, su forma de ser y su modo de vivir y compartir con los hermanos.
Hoy, nos acercamos a Zaqueo, vemos su deseo de ver a Jesús y cómo su encuentro con El transforma su vida. En otra sesión nos acercaremos a sus gestos y a sus actitudes. Ejemplo y modelo para todos. Jesús nos invita a imitarle, a parecernos a EL.
Nos centramos en el cambio que se opera cuando uno se encuentra con Jesús.
Después del tiempo de acogida, damos la bienvenida a los chicos, nos colocamos con una postura de respeto y silencio para escuchar el Evangelio.
Zaqueo quiere ver a Jesús: Lucas 19,1-10.
«Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos. Él quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces se adelantó y subió a un sicómoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa». Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Se ha ido a alojar en casa de un pecador». Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: «Señor, ahora mismo voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más». Y Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido».
Dialogo con los niños sobre el Evangelio
¿Qué es un Publicano?
Es el que cobraba el impuesto público sobre la circulación de las mercancías. Zaqueo era el jefe de los publícanos de la ciudad. Era una persona rica y ligada al sistema de dominación de los romanos. Zaqueo, era considerado pecador e impuro.
¿Por qué Zaqueo se sube al árbol?
Zaqueo quiere conocer a Jesús. Como era bajo de estatura, se sube a un árbol y espera que Jesús pase. ¡Tiene ganas de conocerlo! Zaqueo busca algo más, no se encierra en su riqueza. Cuando un adulto, una persona importante de la ciudad, se sube a un árbol es porque ya no le importa nada la opinión de los otros.
¿Qué le dice Jesús al mirarle?
Cuando Jesús llega al lugar, no pregunta ni exige nada. Sólo responde al deseo del hombre y dice: «Zaqueo, baja enseguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa».
¿Cómo lo recibe Zaqueo?
Zaqueo bajó y lo recibió muy contento en su casa.
¿Qué dice la gente?
Todos murmuraban: «Se ha alojado en casa de un pecador». Pero a Jesús, no le importan las críticas. Va a casa de Zaqueo, ya no le llama pecador, le llama «hijo de Abrahán».
¿Qué pasó en la vida de Zaqueo después del encuentro con Jesús?
«Señor. La mitad de mis bienes se la doy a los pobres. y si engañé a alguno. Le devolveré cuatro veces más». Ésta es la conversión que se produjo en Zaqueo a raíz de la acogida que Jesús le dio. Restituir cuatro veces era lo que la Ley mandaba en algunos casos (Ex 21,37; 22.3). Repartir la mitad de los bienes entre los pobres es la novedad que produjo en él, el contacto con Jesús.
Palabra final de Jesús: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa».
¿Por qué vino Jesús a la tierra?
Jesús ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.
Oración: Jesús, hoy quiere alojarse en nuestra casa.
Quiero verte Jesús,
«Tengo sed de Ti»
me miras con amor,
me quieres como soy,
con mis miserias, mi pobreza.
Sales a mi encuentro,
me amas con ternura,
me conoces, me miras y me llamas.
«Hoy, tienes que alojarte en mi casa.»
¿Cómo te recibiré?
¡Ven, te espero!…
Te miro. Estoy a gusto contigo.
Tú me quieres y yo te quiero.
Cambia mi vida, transfórmame.
Un largo silencio. (Se puede poner una música suave)
Dialogo con los niños
- ¿Qué tal el encuentro con Jesús?
- ¿Cómo habéis vivido el momento de oración?
- ¿Cómo os habéis sentido?
- ¿Creéis que algo tiene que cambiar en nosotros?