Dichosos quienes se hacen solidarios con el trabajo de Dios, colaborando con El en la recreación y en la conservación de la naturaleza, porque ellos gozarán de ella y serán recreados por el Espíritu.
R/ «Dichosos sean, Señor»
Dichosos quienes son solidarios con los demás trabajadores y defienden justamente los intereses de todos, porque tendrán a Dios como Padre y amigo justo y solidario.
Dichosos quienes se hacen solidarios con cuantos trabajan comprometidamente por construir una sociedad más equilibrada, más acogedora y más fraterna, porque ellos serán reconocidos por Dios como Profetas y estimados como hermanos por los hombres.
Dichosos quienes son solidarios con los que no tienen trabajo, compartiendo con ellos los frutos del suyo, porque Dios compartirá con ellos los frutos del reino.
Dichosos quienes se hacen solidarios con los desempleados, creando para ellos algún puesto de trabajo, porque ellos mismos tendrán un puesto en el Reino de los Cielos.
Dichosos quienes son solidarios con los que luchan por orientar el trabajo, no hacia los intereses de unos pocos sino hacia el bien de todos, porque ellos serán proclamados por Dios «amigos de la humanidad».
Dichosos quienes se hacen solidarios con los explotados y humillados en el trabajo: niños, adolescentes, jóvenes, mujeres, emigrantes,… porque ellos serán declarados por Dios «padres de los débiles» y «promotores de la dignidad y de la libertad humanas».
Dichosos quienes son solidarios con los que empeñan su vida en soñar y ofrecer ámbitos de trabajo más dignos, más respetuosos, más alegres, más eficaces y con mejor calidad de vida, porque Dios ya ha soñado para ellos un ámbito de felicidad en la tierra y en el cielo.