Mirando a la vida
- Las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones están produciendo una auténtica revolución en nuestros días. Se está configurando una nueva manera de ser y vivir en el mundo. Se está gestando un «hombre nuevo».
- Pero tanta novedad puede aplastar al ser humano si se le impone desde fuera, como si fueran aguas torrenciales, y no le brota del corazón.
- Por ello, también hoy, no estamos lejos de las palabras de san Agustín: «Heme aquí, convertido en un gran problema para mí mismo». Y no estaría mal hacer nuestras las palabras del Principito: «Erase una vez un Principito que vivía en un planeta poco más grande que él, y que necesitaba un amigo…» ¿Sabremos, en esta hora, dejarnos llevar por el Espíritu para encontrar la vida y ofrecer la vida a todos?
Desde la vida
Relato:
El Espíritu te escogió a ti, te quiso a ti, María. Y tú, María, escoges a un niño pobre, nos escoges a nosotros para extender la vida y el gozo de Dios en este mundo sorprendente de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones. – «Sabe y ten entendido… tú el más pequeño de mis hijos, que soy la Virgen Santa María… Deseo que se me erija un templo, donde mostraré a Jesús a las gentes en todo mi amor personal, en mi mirada de compasión…» – Pero el obispo no cree la historia del muchacho: – «Niña mía… no me creyó; quizás piensa que es invención mía… Te ruego, Señora y Niña mía, que confíes el encargo a una persona importante… porque yo soy un hombre del campo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy hoja… y tú, Niña mía, me envías a un lugar por donde ni ando…» – Pero la Señora responde: «Es necesario que seas tú el elegido para ayudarme. Escucha y ten entendido, hijo mío, el más pequeño, que no se turbe tu rostro ni tu corazón… ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra?… ¿No estás por ventura en mi regazo, en el hueco de mi manto? ¿Qué más has menester?» (Relato de Guadalupe).
Texto Bíblico
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios» (Lc 1,35).
Comentario
- El Espíritu viene siempre a animar la vida de la humanidad. Es un despertador de vida. No pretende alejar a los hombres y mujeres de la vida de cada día. A María la hizo más mujer, más vecina, más cercana a la situación de su pueblo, más creyente, madre..
- El Espíritu nos ayuda a hacer un buen planteamiento de la vida. Nos da la fortaleza para afrontar la realidad que nos toca vivir y para hacernos cargo de todos los que, también en esta época de profundos cambios, quedarán tirados en las orillas de los caminos. A María le ayudó a aceptar su pobreza y a convertirla en un canto y en una buena noticia para todos los pequeños del mundo.
- El Espíritu ensancha nuestro corazón y lo abre a la comunión, convirtiéndonos en huéspedes los unos de los otros, unas razas de las otras, unas religiones de las otras. A María la hizo madre de Jesús, y él trajo muchos comensales a su mesa: los pobres y los ricos, los hambrientos y hartos, los humildes y soberbios, los poderosos y los débiles. Y a todos supo decirles María su palabra.
Palabra de la Iglesia: «La participación en la vida divina no nace «de la sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre, sino de Dios» (Jn 1,13). La acogida de esta vida es virginal porque toda ella es dada al hombre por el Espíritu. El sentido esponsal de la vocación humana con relación a Dios se lleva a cabo perfectamente en la maternidad virginal de María» (Catecismo, 505)
Canto
Lucero del alba, luz de mi alma, Santa María. Virgen y Madre hija del Padre, Santa María. Flor del Espíritu Madre del Hijo, Santa María. Amor maternal del Cristo total, Santa María.
Oración
¡El Espíritu sobre ti! Le abres la puerta sin miedo. Lo acoges en tu corazón.
¡Y empieza lo nuevo!
Te sale por los ojos la vida. Y las manos que tejen y el saludo a las vecinas,
y el trabajo de cada día, todo se te llena de vida.
Desde el principio sabes que tu Hijo vendrá para dar vida, una vida abundante para todos.
¡El Espíritu, siempre contigo! ¡El Espíritu, siempre en ti don para todos!
¡Enséñanos a caminar según el Espíritu!
Compromiso
Haz con cariño las pequeñas cosas de cada día.