Espíritu Santo: ¡Oh llama de Amor viva!

VIGILIA DE PENTECOSTES

«El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que habita en nosotros» (Rom 8,11).

AMBIENTACIÓN

En el lugar donde se celebre la vigilia se colocará una imagen de María con una vela encendida; un ambón para la Palabra y una mesa donde dejar los símbolos que se utilicen en la vigilia: un cirio; un cartel con una paloma dibujada y escrita la palabra PAZ; unas espigas; un cántaro de barro; un recipiente con tierra y varias semillas; un ramo de flores de varios colores; una lámpara encendida; diez velas.

MOTIVACIÓN

Nos reunimos junto a María en esta noche para esperar la venida del Espíritu Santo. Traemos a este encuentro los gozos y las esperanzas, los dolores y las búsquedas de los hombres y mujeres que viven en nuestro mundo. Los rostros de las víctimas de la guerra, del hambre, de la violencia…
Nos ponemos en camino hacia el Manantial que nos indica Jesús: «El que tenga sed, que venga a mí; el que cree en mí, que beba. De sus entrañas manarán torrentes de agua viva» (Jn 7, 37).
Nos abrirnos a la Presencia amorosa del Padre que quiere inundarnos de su Amor.

Canto: Inunda mi ser. Inunda mi ser. Espíritu, inunda mi ser. En olas de amor, ¡oh, ven sobre mí, Espíritu inunda mi ser.

Símbolo: Una persona entra con el Cirio encendido. (Permanece delante del grupo, con la luz en alto,mientras se lee el poema de la Llama de San Juan de la Cruz).

Lector: Himno al Espíritu Santo (Música suave de fondo)

¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
pues ya no eres esquiva,
acaba ya si quieres;
rompe la tela de este dulce encuentro

¡Oh cauterio suave!
¡oh regalada llaga!
¡oh mano blanda! ¡oh toque delicado,
que a vida eterna sabe,
y toda deuda paga!
matando, muerte en vida has trocado

¡Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a su querido!

¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno
donde secretamente solo moras;
y en tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!

Canto: Inunda mi ser. Inunda mi ser. Espíritu, inunda mi ser. En olas de amor, ¡oh, ven sobre mí, Espíritu inunda mi ser.

I.- UNA MIRADA A LA VIDA: «En el más profundo centro»

Lector: ¿Qué hay en el centro de mi vida? ¿A qué llamo profundidad? ¿Qué pongo en el centro de mi vida? ¿Alrededor de qué gira mi vida?

Momento de silencio breve

Lector: «El centro del alma es Dios, al cual, cuando el alma hubiere llegado según toda la capacidad de su ser y según la fuerza de su operación e inclinación, habrá llegado al último y más profundo centro suyo en Dios, que será cuando con todas sus fuerzas entienda y ame y goce a Dios» (Llama 1, 12).

Canto: En nuestra oscuridad enciende la llama de tu amor, Señor, de tu amor, Señor. En nuestra oscuridad.

Lectura: Rom 8, 22

«Hermanos: Sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo».

Lector: ¿Qué gemidos se escuchan en la humanidad?; ¿Qué búsquedas hondas habitan los pueblos?; ¿Qué gritos de dolor, de esperanza se oyen en nuestras plazas? ¿Qué sed de Dios escuchamos a nuestro alrededor?

(Después de unos instantes de silencio entran varias personas con estos símbolos y se ponen en medio del grupo; el lector los va nombrando en voz alta e invitando a realizar los gestos correspondientes)

  1. La paz entre los pueblos:
    Símbolo: Una paloma
  2. El pan repartido entre todos:
    Símbolo: Unas espigas
  3. El respeto y la dignidad de todo ser humano:
    Símbolo: Todos de pie levantan las manos durante unos segundos.
  4. La sed del Dios vivo en el corazón del mundo:
    Símbolo: Un cántaro de barro
  5. El diálogo entre Culturas y Religiones:
    Símbolo: Un recipiente con tierra y varias semillas
  6. La acogida y la tolerancia para con los que piensan y viven de forma diferente a nosotros:
    Símbolo: Un ramo de flores de varios colores
  7. La fraternidad y la comunión en los hogares, en los grupos y comunidades:
    Símbolo: Una lámpara encendida. Todos unen sus manos y cantan.

Canto: En nuestra oscuridad enciende la llama de tu amor, Señor, de tu amor, Señor. En nuestra oscuridad.

Lectura: Rom 8, 26:

«El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios».

Lector: ¡Ven, Espíritu Santo! Contigo, el cosmos camina hacia el Reino. Contigo, Dios está cerca, y Cristo resucitado se hace presente. ¡Ven, Espíritu Santo! Contigo, el Evangelio es vida; la Iglesia es casa de comunión; la misión un renovado Pentecostés.

Testimonio: Sueño en un mundo mejor alentado por el Espíritu (Música de fondo)

En el que todas las personas celebran la alegría de vivir. Se respetan y se defienden los derechos humanos y se garantiza la dignidad y la integridad de todas las personas.
Las personas viven de modo tal que se preserva el equilibrio ecológico de la naturaleza en un medio ambiente hermoso y limpio.
Los recursos naturales y abundantes del planeta se comparten de manera equitativa, y se satisfacen las necesidades humanas básicas de todas las personas.
Todas las personas gozan de igualdad de oportunidades para desarrollar su potencial, por medio de un proceso educativo centrado en los valores humanos morales y espirituales.
La vida del núcleo familiar es afectuosa, solicita y satisfactoria y es el fundamento de la armonía dentro de la gran familia humana. Hay respeto comprensión y tolerancia en todas las relaciones humanas.
Las personas se comunican abiertamente en un espíritu de igualdad y de buena voluntad.
La justicia social, económica y política se garantiza mediante la honestidad, la responsabilidad y el respeto a ley del amor.
Los gobiernos defienden el bienestar de su pueblo, del que son representantes. Las personas cooperan en los esfuerzos de un mundo más seguro y pacífico.
La ciencia esta al servicio de la humanidad y se utiliza la tecnología apropiada para lograr el desarrollo sostenible y mejorar la calidad de vida. Todas las personas gozan de libertad de expresión, movimiento y credo, al tiempo que respetan las libertades y los derechos de los demás.

Momento de silencio breve

II.- LA TERNURA DEL ESPÍRITU: «Que tiernamente hieres»

Lector: ¡Oh llama de amor viva, que tiernamente hieres! Esto es: que con tu ardor tiernamente [me] tocas. Que por cuanto esta llama es llama de vida divina, hiere al alma con ternura de vida de Dios, y tanto y tan entrañablemente la hiere y enternece, que la derrite en amor. Es cosa maravillosa que, como el amor nunca está ocioso sino en continuo movimiento, como la llama está echando siempre llamaradas acá y allá; y el amor, cuyo oficio es herir para enamorar y deleitar, como en la tal alma está en viva llama, estale arrojando sus heridas, como llamaradas ternísimas de delicado amor» (Llama 1, 7.8).

La voz de la comunidad: (Todos piden este Espíritu de Amor)

Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas, y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre si tu le faltas por dentro;
mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito, guía el que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.

Dinámica: En grupos se comparte la frase que más ha resonado en el interior de cada uno

La voz del Espíritu (Con velas encendidas y música de fondo)

  • Conozco vuestra pobreza, pero yo soy el Padre amoroso del pobre.
  • Conozco vuestra oscuridad, pero yo soy la luz que penetra las almas.
  • Conozco vuestro penar, pero yo soy la fuente del mayor consuelo.
  • Conozco vuestras fatigas, pero yo soy descanso de vuestro esfuerzo.
  • Conozco vuestro llanto, pero yo soy el gozo que enjuga las lágrimas.
  • Conozco vuestro vacío, pero yo soy espléndido en los dones.
  • Conozco el poder del pecado, pero yo riego la tierra en sequía.
  • Conozco los senderos retorcidos de la mentira, pero yo recorro contigo los caminos de la verdad.
  • Conozco el corazón enfermo, pero yo enciendo en los adentros la llama del amor.
  • Conozco tu lejanía del Padre, pero yo susurro en tus labios el Abbá.

Canto:

Todos unidos, formando un suelo cuerpo, un Pueblo que en la Pascua nació. Miembros de Cristo en sangre redimidos, Iglesia peregrina de Dios. Vive en nosotros la fuerza del Espíritu, que el Hijo desde el Padre envió.El nos empuja, nos guía y alimenta… ¡Iglesia peregrina de Dios!

III.- EL ESPÍRITU DADOR DE VIDA: «Rompe la tela de este dulce encuentro»

Exposición del Santísimo

Canto: Ilumíname, Señor, con tu Espíritu. Transfórmame, Señor, con tu Espíritu. Ilumíname, Señor, con tu Espíritu. Ilumíname y transfórmame, Señor. Y DÉJAME SENTIR EL FUEGO DE TU AMOR AQUÍ EN MI CORAZÓN, SEÑOR. (bis)

Resucítame, Señor, con tu Espíritu. Conviérteme, Señor, con tu Espíritu. Resucítame, Señor, con tu Espíritu. Resucítame y conviérteme, Señor. Fortaléceme, Señor, con tu Espíritu. Consuélame, Señor, con tu Espíritu. Fortaléceme, Señor, con tu Espíritu. Fortaléceme y consuélame, Señor.

Lector: ¡Oh llama del Espíritu Santo que tan íntima y tiernamente traspasas la sustancia de mi alma y la cauterizas por tu glorioso ardor! Pues ya estás tan amigable que te muestras con gana de darteme en vida eterna;…
Si antes mis peticiones no llegaban a tus oídosahorafortalecidos de ti mi corazón y mi carne se gozan en Dios vivo (Sal 83,3)…
Lo que tú quieres que pida pido, y lo que no quieres no quiero, ni aun puedo, ni me pasa por pensamiento querer; y pues son ya delante de tus ojos más válidas y estimadas mis peticiones, pues salen de ti y tú me mueves a ellas, y con sabor y gozo en el Espíritu Santo te lo pido, … rompe la tela delgada de esta vida y no la dejes llegar a que la edad y años naturalmente la corten, para que te pueda amar desde luego con la plenitud y hartura que desea mi alma sin término y fin» (Llama 1, 36).

Lectura: Rom 8, 8. 16-17

«Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar. ¡Abba! ¡Padre!. Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, ya que sufrimos con él para ser también con él glorificados»

Momento de silencio

Peticiones al Espíritu

  • Espíritu, aliento de Dios, danos vida para entregar la vida.
  • Espíritu, fuego de Dios, enséñanos a amar sin límites, como Jesús.
  • Espíritu, fuente de Dios, orienta nuestros pasos hacia el Manantial de la Vida.
  • Espíritu, sello de Dios, haznos servidores del Reino.
  • Espíritu, perfume de Dios, transforma nuestra vida en Buena Noticia de Jesús.
  • Espíritu, ungüento de Dios, derrama ternura en nuestros corazones para ser samaritanos de los orillados de la vida.
  • Espíritu, abrazo de Dios, derriba los muros que nos separan y condúcenos hacia la fraternidad universal.

Los participantes expresan sus peticiones, alabanzas, acción de gracias….

IV.- EL CANTO NUEVO DEL ESPÍRITU: «En vida la has trocado»

Lector: «El alma anda interior y exteriormente como de fiesta y trae con gran frecuencia en el paladar de su espíritu un júbilo de Dios grande, como un cantar nuevo, siempre nuevo, envuelto en alegría y amor, en conocimiento de su feliz estado» (Llama 2, 36)

Canto de alabanza: Yo te alabo y te bendigo, Tú eres mi Señor. Yo te alabo y te bendigo, canto para ti

Lector:

Al Viento de su Espíritu
que sopla donde quiere, libre y liberador, vencedor de la Ley, del pecado y de la muerte.
Al Viento de su Espíritu
que se remansó en el corazón y en el vientre de una aldeana de Nazaret.
Al Viento de su Espíritu
que se apoderó de Jesús para enviarlo a anunciar la Buena Nueva a los pobres. Y la liberación a los cautivos.
Al Viento de su Espíritu
que se llevó en Pentecostés los prejuicios, los intereses y el miedo de los Apóstoles y abrió de par en par las puertas del Cenáculo, para que la comunidad de los seguidores de Jesús fuera siempre abierta al Mundo y libre en su palabra y coherente en su testimonio e invencible en su esperanza.
Al Viento de su Espíritu
que se lleva siempre los nuevos miedos de la Iglesia y abrasa en ella todo su poder que no sea servicio fraterno y la purifica con la pobreza y el Martirio.
Al Viento del Espíritu
que reduce a cenizas la prepotencia, la hipocresía y el lucro y alimenta las llamas de la Justicia y de la Liberación y es el alma del Reino. Para que seamos viento en el Viento, Hermanos. (Pedro Casaldáliga)

Simbolismo final: Cada uno de los presentes, puestos en círculo, coloca las palmas de sus manos frente a sí. Exhala sobre ellas su aliento y extiende, poco a poco sus brazos a lo alto trazando un círculo de suerte que sus manos vayan a entrelazarse con las de quien está a sus lados. Ya en esa posición, todos cantan repetidamente, con palabras o boca cerrada, la antífona con el texto de Hch. 1,14 y música de Rafael de León…

Canto: Todos perseveraban en la oración, con María, la Madre de Jesús

Bendición del Santísimo

Canto de envío: Id amigos por el mundo anunciando el amor. Mensajeros de la vida de la paz y el perdón. Sed amigos los testigos de mi resurrección. Id llevando mipresencia con vosotros estoy.

CIPE

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