MOTIVOS PARA ORAR
(A ORAR SE APRENDE ORANDO)
Eusebio Gómez Navarro OCD * EDITORIAL DE ESPIRITUALIDAD * Triana, 9 – 28016 MADRID * www.editorialdeespiritualidad.com/ * http://www.eusebiogomeznavarro.org/
III.- ORANTES
Jesús oró y enseñó a orar. Oró en todos los lugares, en el templo y en el monte, en la soledad de la noche y en medio de la multitud, en todos los momentos de su vida, en el trabajo sencillo de cada día y en los momentos más importantes. Oró desde la alegría y oró, también, cuando se adentró en la noche de la soledad y del abandono. Desde la Cruz pronunció siete oraciones cortas, llenas de vida y de fe. Jesús vivía en comunión con el Padre.A los discípulos les enseñó a orar y todos los cristianos tienen que descubrir la necesidad de la oración para no caer en la tentación.
María, la primera cristiana, vivía en comunión con Dios, con su Hijo y con los demás. La Virgen oró y es modelo de oración para el cristiano.
Grande es el número de buenos orantes en todos los tiempos. En estas páginas presento a: santa Teresa de Jesús, san Juan de la Cruz, santa Teresita de Lisieux, santa Clara, Carlos de Foucauld, san Francisco, P. Peyton y una cantidad anónima de gente sencilla.
Jesús oró y enseñó a orar
Oswald Spengler tuvo una idea lúcida. Decía: Hay una técnica de hacer barcos y otra de hacerlos navegar, como hay una técnica de fabricar violines y otra de hacerlos sonar. Conviene no olvidar la diferencia.
Efectivamente, es diferente la técnica de orar y de enseñar a orar. Se puede ser un gran pedagogo de la oración y, a la hora de orar, encontrarse perdido. Se puede hablar mucho de la oración y no pegar golpe.
Jesús oró y enseñó a orar a los discípulos. Él oró a solas y en medio de la multitud; antes de tomar decisiones importantes y al amanecer y anochecer de cada día. En todas sus oraciones expresa su oración, confianza y comunión con el padre. En ellas:
Expresa alegría por sentirse hijo de Dios y le da gracias por revelarse a los pequeños: Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien. Mi Padre me lo ha enseñado todo. (Lc 10, 21)
Expresa perdón y misericordia, para los que le han ofendido: Padre, perdónalos, que no saben lo que hacen. (Lc 23, 34.)
En medio del dolor manifiesta sus sentimientos: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?. (Mc 15, 34).
Jesús se preocupó de orar y de enseñarles a sus discípulos de cómo hacerlo. A ellos les dice: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen. (Mt 5, 44).
Como sabe que la tarea de trabajo es inmensa y son pocos los obreros disponibles, les pide a sus discípulos que oren, pues La mies es abundante pero los obreros pocos; por eso, rogad al dueño que mande obreros a su mies (Mt 9, 38).
En la tentación les recomendó: Estad en vela y pedid no caer en la tentación. (Mt 26, 41).
Aconseja orar para que Dios conceda su Espíritu para poder obrar el bien como Dios,
Pues si vosotros, malos como sois, sabéis dar cosas buenas a vuestros niños, ¿cuánto más vuestro Padre dará Espíritu Santo a los que se lo piden? ( Lc 11,13 ).
Jesús insistió en la necesidad de orar. Lo fundamental en la oración son las actitudes. El cristiano debe reconocer su propia pobreza y la gratuidad de Dios. Quien ora debe cumplir la voluntad del Padre, comprometerse en la construcción del reino de Dios. Jesús dice a los discípulos y les repite que tienen que orar con insistencia (Lc 18, 1), sin rencor (Mc 11, 25), y con fe (Mc 11, 23-24). Es necesario, pues, orar como Jesús lo hizo, con los mismos sentimientos, en todo momento y hacerlo unidos a Dios y a los hermanos. Para que así suceda, será necesario pedir al Señor con fe y convencimiento para que nos enseñe a orar y, sobre todo, nos dé el valor para poner en práctica lo que pedimos.
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